Opinión
Si la prostitución fuera...
Por Barbijaputa
Periodista
-Actualizado a
Si la prostitución fuera un trabajo como cualquier otro, nadie temería (ni ellos ni nosotras) que nos llamen del INEM para cubrir puestos de trabajo en burdeles y esquinas en polígonos.
Si la prostitución no estuviera sustentada en los cimientos del patriarcado, los hombres competirían entre ellos para ver cuál es mejor en satisfacer los deseos sexuales ajenos. Habría competiciones, olimpiadas, y los más cotizados serían patrocinados por grandes marcas.
Si la prostitución no afectara a la salud mental y física de las mujeres prostituidas, las supervivientes del sistema prostitucional no estarían organizándose y demandándole al Ministerio de Sanidad (del de Igualdad ya nos olvidamos) la atención integral a estas mujeres y la abolición de la prostitución misma.
Si la prostitución fuera una actividad empoderante, los hombres estarían copando las mejores esquinas, relegando a las mujeres a las zonas donde más difícil es ser vistas y elegidas.
Si la prostitución fuera simplemente una transacción económica para la que usas tu cuerpo, no serían las mujeres más pobres, en su mayoría migrantes (con sus criaturas en sus países de origen) las que pueblan los polígonos donde acuden los puteros.
Si la prostitución fuera una oportunidad laboral, los hombres no serían los únicos consumidores.
Si la prostitución fuera realmente una elección libre, los hombres estarían protestando por no tener del privilegio de ser vendidos.
Si la prostitución fuera liberadora, los hombres estarían haciendo colas kilométricas para quedarse los "mejores puestos".
Si la prostitución no fuera la máxima expresión de la violencia sexual del sistema patriarcal, el 90% de internet serían hombres vendiendo sus cuerpos para que el mejor postor los usara a su antojo. El 90% es el tamaño de la deep web, y no hace falta ser un lince para saber cuál de los dos sexos es el que impera allí.
Si la prostitución fuera sinónimo de libertad, los hombres buscarían siempre la manera de tener el control de su propia explotación.
Si la prostitución no fuera la violencia machista en su máxima expresión, las mujeres acudiríamos a los prostíbulos a consumir hombres de la misma manera que vamos a la peluquería, a la fisio o a pilates.
Si la prostitución no estuviera basada en la cosificación y odio hacia las mujeres, Only Fans se llamaría Only Random People.
Si los hombres creyeran que la prostitución la "ejercen" quienes quieren, serían ellos los que se encerrarían 24/7 en una habitación para ser explotados por quienes pagaran por ello. Entre turno y turno, estarían felices de lavar la ropa de cama, como una más.
Si la prostitución no tuviera nada que ver con el machismo, los hombres y sus irrefrenables ganas de follar (y la antigua mentira mil veces comprobada de que es su biología quien los maneja) serían los que se ponen al servicio de quien venga y les pague, para poder follar todo lo posible y ¡cobrando! Y no como ahora, que son ellos los que pagan dinero por un ratito nada más. Ratitos claramente insuficientes porque están condenados a volver, debido a su "insaciable apetito".
Si la prostitución fuera algo igualitario, los hombres estarían desesperados por ser utilizados como juguetes sexuales por cualquier persona que acudiera al prostíbulo y lo eligiera entre todos los demás hombres. Entre cliente y cliente, dormirían a pierna suelta, con mariposas en la barriga por ver cuánto tarda en llegar el siguiente, preguntándose qué querrá que le haga. Con suerte pide una performance de una niña pequeña con el uniforme de la guarde.
Si la prostitución no fuera algo vergonzoso, humillante, violento y misógino, los diputados y diputadas no ladearían incómodos la cabeza cuando sale el tema, bajando el tono de voz y encogiéndose de hombros.
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