La ultraderecha se erige como decisiva para un giro conservador en Portugal
Aunque los sondeos dan ventaja a la derecha, proyectan un resultado sin mayorías absolutas que sólo podría resolverse pactando con los ultras, una opción rechazada por su candidato.
Paula Fernández (EFE)
Lisboa--Actualizado a
Portugal vuelve este domingo a las urnas de forma anticipada por la dimisión de António Costa y con la incógnita de si los ciudadanos optarán por continuar con un Gobierno socialista o si, después de más de ocho años fuera del poder, la derecha vuelve a gobernar.
Unos 10,8 millones de portugueses, 1,5 millones en el extranjero, están llamados a las urnas para elegir entre los dos principales candidatos a primer ministro: el socialista Pedro Nuno Santos, sucesor de Costa, y el conservador Luís Montenegro.
Aunque los sondeos dan ventaja a la derecha, proyectan un escenario sin mayorías absolutas, donde los pactos serán fundamentales para conseguir formar Gobierno y la ultraderecha podría tener un papel clave como tercera fuerza más votada.
Estos comicios llegan poco más de dos años después de los anteriores, debido a que la tercera legislatura de Costa, a pesar de que se preveía como la más estable porque tenía mayoría absoluta, se truncó a la mitad.
El primer ministro, en el poder desde 2015, renunció el pasado 7 de noviembre tras saberse investigado en un caso de irregularidades en negocios del litio, el hidrógeno y un centro de datos, a pesar de que la Fiscalía apenas ha divulgado información y no hay ninguna acusación formal. El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, optó por convocar elecciones anticipadas para resolver la crisis política.
La dimisión de Costa llevó a la elección de un nuevo líder socialista, Pedro Nuno Santos, que apenas un año antes había dimitido como ministro de Infraestructuras envuelto en polémica por una indemnización de 500.000 euros pagada por la aerolínea TAP a una administradora.
Santos, que era visto como combativo y el rostro del ala más a la izquierda del Partido Socialista, ha bajado el tono durante la campaña para acomodar a todos los sectores de la formación y apelar también al electorado de centro.
Enfrente tendrá a Luís Montenegro, presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) y líder de la coalición Alianza Democrática, que incluye a los democristianos.
La dimisión de Costa hizo resucitar a Montenegro después de que sus críticos no le augurasen vida política más allá de las europeas de junio de 2024 y ahora es un firme candidato y líder en los sondeos a primer ministro.
Además de los socialistas y Alianza Democrática, otros seis partidos y coaliciones ya con asiento en el Parlamento concurren a las elecciones. Son el ultraderechista Chega, Iniciativa Liberal, el Bloque de Izquierda, la Coalición Democrática Unitaria (CDU, que une a comunistas y ecologistas), el animalista PAN y el izquierdista verde Livre.
Los sondeos apuntan a un Gobierno de coalición
Aunque se llegó a dar un empate técnico, los últimos sondeos apuntan a una victoria de Alianza Democrática con más del 30% de los votos y unos cinco puntos de ventaja sobre los socialistas.
Aun así, no conseguirían la mayoría absoluta ni pactando con Iniciativa Liberal, que ya se ha mostrado disponible para apoyar un Gobierno conservador.
El ultraderechista Chega se mantendría como tercera fuerza, pero mejoraría su resultado y superaría el 15% de la intención de voto en las encuestas, la gran mayoría realizadas con menos de 1.000 entrevistas.
El elevado número de indecisos y el fantasma de la abstención, que en los anteriores comicios rozó el 49%, marcarán igualmente los resultados definitivos.
Ante un escenario sin mayorías, la ultraderecha podría ser una pieza clave para la gobernación, pero pactar con Chega es una de las líneas rojas del conservador Montenegro, que ha repetido en numerosas ocasiones que no lo hará.
El líder de Chega, André Ventura, aseguró esta semana que tiene la garantía de varias figuras del PSD de que habrá un acuerdo con Chega para gobernar después del 10 de marzo, aunque sea necesario destituir a Montenegro en el partido.
Por su parte, el socialista Santos llegó a admitir que dejaría pasar un Gobierno conservador en minoría para hacer de cortafuegos de la ultraderecha.
Una campaña marcada por casos de corrupción
Uno de los temas que ha ensombrecido la campaña ha sido la corrupción, que ha marcado a los socialistas desde el principio debido a la investigación a Costa.
Pero la derecha tampoco se ha librado, ya que en enero dimitió el presidente de la región autónoma de Madeira, Miguel Albuquerque (PSD), después de que fuera declarado sospechoso formal en un caso de corrupción.
El tema ha protagonizado debates y programas electorales, en los que la derecha apuesta por tipificar como delito el enriquecimiento ilícito y los socialistas por reforzar los recursos para los mecanismos anticorrupción ya existentes.
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