Este artículo se publicó hace 6 años.
TrumpRenuncia Brett McGurk, el diplomático de EEUU que dirigía la estrategia contra el ISIS
Trump, a través de su cuenta de Twitter, ha restado importancia a su dimisión.
Beatriz Pascual Macías (EFE)
Washington-
El enviado especial de Estados Unidos para la coalición contra el ISIS, Brett McGurk, presentó el viernes su renuncia en protesta por la decisión de la Casa Blanca de retirar las tropas estadounidenses en Siria, informó hoy un funcionario de la diplomacia estadounidense.
McGurk tenía previsto dejar su puesto en febrero de 2019, pero el viernes comunicó al Departamento de Estado su deseo de acelerar su salida de la Administración, que se hará efectiva el 31 de diciembre, según la citada fuente.
La decisión de McGurk sigue a la dimisión esta semana del general James Mattis como secretario de Defensa y se produce después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, proclamara la derrota del ISIS en Siria y anunciara la retirada de los 2.000 militares estadounidenses desplegados en ese país como parte de la coalición internacional.
McGurk envió este fin de semana un correo electrónico a sus empleados en el que explicaba que había decidido dimitir por desacuerdos con Trump sobre Siria y debido a que el mandatario no le consulto a él ni al resto de jefes militares antes de anunciar el repliegue de tropas.
"La reciente decisión del presidente fue una sorpresa y representa un cambio total en la política que se nos había comunicado", afirmó McGurk en su correo electrónico, al que accedió el diario The New York Times.
McGurk dice querer "mantener su integridad"
Además, la decisión de Trump, en opinión de McGurk, deja a los aliados de Washington "confundidos" y a sus "compañeros de combate desconcertados".
McGurk valoraba mucho la alianza con los kurdos, los principales socios de EEUU en Siria, así como los acuerdos alcanzados con los gobiernos francés y británico, que ya han expresado su rechazo a la decisión de Trump, según un diplomático citado por The Washington Post.
Considerado como el arquitecto de la estrategia de EEUU contra el ISIS, McGurk trabajó para los presidentes George W. Bush (2001-2009), a quien asesoró sobre Irak y Afganistán, y Barack Obama (2009-2017), quien en 2015 le nombró enviado especial para la coalición contra el yihadismo.
McGurk está considerado como el "pegamento" que ha mantenido unida a la coalición de 79 países liderada por EEUU para luchar contra el ISIS, que en 2014 proclamó un califato en Siria e Irak.
Desde septiembre de ese año, EEUU desarrollaba operaciones en Siria como parte de esa coalición internacional, que colaboraba sobre el terreno con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza encabezada por milicias kurdas y que teme que la retirada de Washington provoque un resurgimiento del ISIS.
En Twitter, el sábado por la noche, Trump aseguró que no conocía a McGurk y restó importancia a su renuncia.
"Brett McGurk, al que no conozco, fue nombrado por el presidente Obama en 2015. Se suponía que debía irse en febrero, pero ha renunciado antes de irse. ¿Teatrero? Los falsos medios están haciendo una gran cosa de un suceso de nada", tuiteó el mandatario estadounidense.
Según la coalición, al ISIS solo le queda en Siria e Irak un 1% del territorio que llegó a dominar en 2014 y tiene unos 2.000 combatientes en esos países.
A principios de este mes, McGurk compareció ante la prensa en el Departamento de Estado y consideró que el ISIS estaba lejos de ser derrotado a pesar de la pérdida de territorio.
"Si hemos aprendido una cosa a lo largo de los años es que la derrota de un grupo terrorista como el Estado Islámico significa que no se le puede vencer solo en su espacio físico y luego irse"
"El objetivo militar es la derrota duradera del Estado Islámico. Y si hemos aprendido una cosa a lo largo de los años es que la derrota de un grupo terrorista como el Estado Islámico significa que no se le puede vencer solo en su espacio físico y luego irse", dijo entonces McGurk.
Su salida y la del general James Mattis, que se hará efectiva el 28 de febrero, han provocado ansiedad entre los aliados de EEUU, que temen que Trump implemente sus planteamientos más aislacionistas en política exterior y de seguridad y termine por distanciarse de ellos.
El mandatario considera que sus socios "se aprovechan" del liderazgo estadounidense y apuesta por una estrategia aislacionista; mientras que Mattis y McGurk creen que Washington debe tratar a sus aliados con respecto y preservar sus alianzas para mantener su hegemonía.
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