Los sicarios mafiosos toman las calles de las ciudades andinas

Sicarios, secuestros exprés, asaltos con armas, tiroteos no pasa un día en Ecuador o Perú sin que el telediario nacional comente un acto de violencia callejera. La inseguridad está en pleno ascenso en los dos países andinos a pesar de las medidas de vigilancia decretadas por ambos gobiernos y, en el caso de Perú, del fuerte crecimiento económico.

La inseguridad ya es uno de los temas estrella de la campaña electoral peruana para las presidenciales de abril. El Gobierno de Alan García, consciente de la insatisfacción de la población, anunció hace poco nuevas inversiones para dotar de medios a las comisarías.

En Ecuador, la Dirección Nacional de la Policía Judicial registró un promedio de 288 muertes violentas al mes en 2009, mientras en 2010 el promedio subió a 320 al mes.

En Ecuador, Correa quiere enmendar la Constitución y aumentar las penasLos sicarios, más conocidos en México y Colombia, se han multiplicado en la región andina. En Ecuador cometieron 200 crímenes de enero a junio. Para Daniel Pontón, del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana de Quito, este tipo de violencia está vinculada al crimen organizado y a la venta de droga. A su juicio, las mafias, muchas de ellas de origen colombiano, trabajan con extranjeros, pero también con redes nacionales. "Eso hace que la problemática se torne más violenta, pues se están disputando el territorio para vender la droga", explica Pontón.

La paradoja es que las ciudades que más crecen son las más inseguras

En pleno auge está el secuestro exprés. Según la Policía Judicial, entre enero y octubre de 2010 se pusieron en Ecuador 728 denuncias por este tipo de delitos, y se cree que la mitad de los casos no se denuncia. Estas agresiones, muy violentas, han desatado una ola de temor en el país y obligaron al presidente Rafael Correa a reaccionar. Correa prevé plantear la convocatoria de un referéndum sobre una enmienda constitucional que incluiría, entre otras medidas, el incremento de penas para ese delito y el no liberar a los presos sin sentencia, lo que obligará a agilizar los trámites judiciales y policiales. Actualmente, la prisión preventiva tiene un plazo de caducidad.

En Perú, las cifras de la violencia son igualmente escalofriantes: en un mes, se denuncia en Lima un promedio de 300 asaltos a domicilios y 98 robos con armas sólo en el centro de la ciudad.

"Curiosa paradoja", escriben el ex ministro del Interior Gino Costa y Carlos Romero en el libro ¿Qué hacer? Inseguridad ciudadana en Lima. "Son las ciudades que más han crecido económicamente y han reducido la pobreza las más inseguras".