Este artículo se publicó hace 3 años.
ItaliaLos retos inmediatos de Draghi: los fondos europeos y la pandemia
El expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, encargado de formar Gobierno en Italia, deberá gestionar la partida del Fondo de Recuperación europeo en medio de una grave crisis económica.
Madrid-
El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi, encargado de formar Gobierno en Italia tras el fracaso de la política, deberá gestionar la partida del Fondo de Recuperación europeo en medio de una grave crisis económica, pero también afrontar una emergencia sanitaria que ha causado casi 90.000 muertos.
El primer quebradero de cabeza para Draghi, y el motivo principal por el que ha sido designado por el jefe del Estado, Sergio Mattarella, será la gestión de los 220.000 millones de euros europeos, que es la principal preocupación en la Unión Europea (UE).
La UE ha alentado a los Estados a presentar borradores del Plan de Recuperación antes de la fecha límite, el 30 de abril, y el Gobierno de Giuseppe Conte tenía previsto llevar su planes de gestión al Parlamento, pero Draghi podría saltarse ese paso. El expresidente del BCE también tendrá que despejar si recurrirá al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), uno de los motivos que ha hecho saltar el Gobierno, pues el causante de la crisis, Matteo Renzi, insistía en utilizarlo, al contrario de Conte.
Tranquilizar a la UE
"Draghi no se ha expresado nunca de manera neta sobre el MEDE", explica Veronica de Romanis, docente de Economía europea en la Universidad Luiss y que trabajó con él durante su etapa como gobernador del Banco de Italia. En su opinión, en caso de que Draghi recurra a él, "partirá del método correcto: primero hacer un programa de cómo se utilizaran los fondos y después, en un segundo momento, ver dónde se pueden encontrar".
El mayor valor de Draghi -explica la economista- es su "mix de competencias"."Es un gran conocedor de la administración pública tras muchos años de gobernador del Banco de Italia; también conoce mucho la política porque durante su mandato hubo cambios continuos de ministros de Economía y fue él de hecho quien mantuvo las riendas; y conoce Europa porque ha estado en el BCE y sabe comunicar a los mercados". Esto "tranquilizará a una Europa muy preocupada por la gestión de los fondos", añade la economista.
Para Antonio Zotti, profesor de Instituciones Europeas de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán, "un gobierno técnico liderado por una figura conocida, dotado de un apoyo no claramente identificable en el eje derecha-izquierda, es una solución prometedora para las instituciones de la UE". Pero advierte de que, "sin embargo, a medio y largo plazo, muchos en Europa también son conscientes de los aspectos negativos de la solución técnica en la medida en que admite la incapacidad del proceso político normal para ofrecer soluciones".
La deuda buena
El también exgobernador del Banco de Italia, de 73 años, firmó en marzo de 2020, cuando se declaró la pandemia, un artículo en el Financial Times sobre cómo los Estados tenían que lidiar con la crisis y que muchos consideran un programa de Gobierno. Allí anticipaba su idea de que los Estados sólo tenían la opción de producir deuda, pero una "deuda buena", y aplaudía medidas como la protección de los despidos o el aplazamiento del pago de los impuestos, aunque también abogaba por la ayuda de los bancos, "que pueden crear dinero al instante y abrir líneas de crédito".
Si forma gobierno, Draghi se encontrará sobre la mesa con la solicitud de una nueva variación presupuestaria de unos 24.000-25.000 millones prevista para financiar las ayudas a los sectores más afectados por la crisis. Además, la prohibición de despedir por la pandemia expirará a finales de marzo y el Gobierno de Conte prorrogó 18 semanas más la financiación de expedientes temporales de regulación de empleo.
El escollo de Draghi: ¿cuánto durará la mayoría?
El gran problema, como ya ocurrió con el Gobierno tecnócrata de Mario Monti, será "cuánto durará la mayoría" que le apoye, señala De Romanis. Monti, elegido en noviembre de 2011 por el entonces jefe de Estado, Giorgio Napolitano, para sacar a Italia de la crisis económica, presentó su dimisión poco más de un año después de que el partido de Silvio Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), le retirase su apoyo y tras meses de continuas rencillas.
Por el momento, partidos como el Movimiento 5 Estrellas (M5S), el de mayor representación parlamentaria, y Hermanos de Italia ya han adelantado que no apoyarán a Draghi. También Zotti esta de acuerdo en que la gestión del apoyo transversal de los partidos "será una dificultad de la que el gobierno no podrá aislarse, todo también ante la elección del próximo presidente de la República en la próxima primavera".
El otro gran reto para Draghi será la pandemia y en particular la gestión de las restricciones con una media de 10.000 contagios y cientos de fallecidos diarios. El próximo 5 de marzo caduca el decreto que determina las restricciones en el país y el sistema de zonas de riesgo que hasta ahora se ha establecido, con cierres de actividades y limitaciones de movilidad.
Por otra parte, la campaña de vacunación está sufriendo graves retrasos y Draghi deberá decidir si confía o no la gestión de la emergencia a Domenico Arcuri, el comisario nombrado por el Gobierno de Conte, muy discutido por Renzi y la derecha.
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