Este artículo se publicó hace 14 años.
Los liberales quieren que los ricos británicos paguen más
Brown, Cameron y Clegg se enfrentan hoy en el primer debate televisado
Los liberales demócratas quieren ser el partido que diga la verdad a los votantes por dura que sea. Mientras laboristas y conservadores prefieren zanjar el tema de la deuda pública con generalidades, el tercer partido del país se arriesga con una propuesta concreta de reducción del déficit.
No todo son sacrificios. El líder del partido, Nick Clegg, presentó ayer el programa con el que comparecen ante las urnas, que incluye un caramelo para endulzar la medicina: un recorte fiscal por un montante de 16.000 millones de libras que favorece a las rentas bajas y medias. A cambio, pretenden recaudar más de las rentas altas con nuevos impuestos y menos desgravaciones.
"Tenemos que ser sinceros con la gente", dijo Clegg. "Hay un inmenso agujero negro en las finanzas públicas". El programa prevé recortes en el gasto público por valor de 10.000 millones pero admite que al final la cifra será mayor.
Clegg compartió la tribuna con el portavoz en asuntos económicos del partido, Vince Cable, que se ha hecho famoso en los últimos meses tanto por su lenguaje agresivo contra los bancos como por sus avisos constantes de que la situación financiera del país exige fuertes sacrificios. Clegg y Cable hacen campaña juntos y sus fotos comparten el lateral del autobús del partido. Cable, un ex economista de Shell, ha adquirido la reputación de político que dice las verdades que nadie quiere escuchar.
"Nos tomamos el déficit en serio. Ese es el elefante en la habitación del que nadie quiere hablar", dijo Cable. "El elefante desapareció ayer y anteayer, cuando laboristas y conservadores presentaron sus programas. Hay que afrontar ese problema, y supongo que por eso yo soy el hombre elefante".
Los liberales demócratas se pueden permitir estos lujos porque no pueden ganar las elecciones. Sin embargo, su apoyo será vital si ningún partido obtiene la mayoría absoluta, lo que podría ocurrir si los tories ganaran sólo con cuatro o cinco puntos de ventaja sobre los laboristas.
Clegg tiene su oportunidad soñada hoy cuando participe en igualdad de condiciones junto a Gordon Brown y David Cameron en el primero de los tres debates televisados. Su partido paga las consecuencias de un bipartidismo que va perdiendo fuerza. Cameron intentó ayer rebajar las expectativas sobre el duelo televisivo. Dijo que el formato puede ser un poco lento y frustrante. Permite que los candidatos respondan a sólo ocho preguntas del público en 90 minutos. Es un formato que han pactado los propios partidos.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.