Este artículo se publicó hace 15 años.
Israel margina a los partidos árabes
El Parlamento aprueba la prohibición de que participen en las elecciones
Eugenio García Gascón
El comité electoral de la Kneset (Parlamento) aprobó el lunes por una amplia mayoría una petición de tres partidos ultranacionalistas judíos que prohíbe la participación electoral de dos partidos árabes que en la pasada legislatura obtuvieron siete escaños.
La expulsión de Balad y Raam Taal del Parlamento convierte a estas dos formaciones en las primeras víctimas políticas de la guerra que lleva a cabo Israel en la franja de Gaza, y amenaza con impulsar a los árabes que representan una quinta parte de la poblacióna "crear un sistema político independiente" dentro del país, según el diario Haaretz.
Las tres iniciativas que han conducido a esta situación han surgido de la mano de los partidos extremistas, y de tinte racista, Israel es Nuestra Casa, del inmigrante ruso Avigdor Lieberman, y Unión Nacional, pero han contado con el apoyo de todo el espectro político judío.
Estos dos partidos se han manifestado repetidamente a favor de la expulsión "voluntaria" de la población árabe, o directamente de su deportación forzosa. A veces sostienen que Israel debe indemnizarlos y otras que se deben expulsarlos sin más preámbulos porque constituyen un peligro para la existencia del Estado judío.
No es la primera vez que el partido de Lieberman aboga por la expulsión de los partidos árabes del sistema electoral, aunque en ocasiones anteriores se había logrado frenar la propuesta ya que el resto de las formaciones no había votado a favor.
En el pasado se consideraba como un ritual aceptable que Israel es Nuestra Casa propusiera la expulsión de los partidos árabes en cada campaña electoral al considerar que era sencillamente una manera de Lieberman de conseguir publicidad entre los sectores más extremistas del país.
La sombra de la guerraPero esta vez, bajo el ascendiente y el fragor de la guerra, la práctica totalidad del arco parlamentario judío ha apoyado la iniciativa por considerar que es rentable políticamente cuando falta menos de un mes para los comicios del 10 de febrero.
El líder de Raam Taal, Ahmed Tibi, que en el pasado aconsejó a Yaser Arafat en asuntos relacionados con las negociaciones de paz con Israel, dijo que recurrirá la decisión ante el Supremo. Algunos expertos creen que el más alto tribunal desestimará la decisión de la Kneset y dará la razón a los partidos árabes, aunque esto es algo que no se sabrá hasta dentro de algunos días.
La sesión del comité electoral estuvo marcada por una gran tensión. Se cruzaron ásperos insultos y no se llegó a las manos por poco. "Vosotros lo que queréis es un país sin árabes", espetó Tibi a sus oponentes, a quienes acusó de "racismo". "El papel de este comité es incitar (a la violencia) y calumniar a un colectivo a causa de su etnia", agregó.
Al término del acalorado debate, el líder de Raam Taal, fue más lejos y arremetió contra el partido gobernante, Kadima, que también apoyó la iniciativa. "Cada voto que recibe Kadima es una bala en el pecho de un niño palestino de Gaza", dijo Tibi.
Un portavoz de Kadima respondió: "Tibi y sus colegas apoyan a Hamás y al terrorismo y se oponen a cualquier medida defensiva de Israel. Su balbuceo carece de sentido".
Los partidos judíos reprocharon a los diputados árabes que viajen a Siria y Líbano y que se reúnan con líderes árabes que técnicamente están en guerra con Israel. Los diputados árabes tienen en esos países familiares que fueron expulsados de Palestina cuando se estableció el Estado judío en 1948.
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