Este artículo se publicó hace 4 años.
El G20 se compromete a financiar vacunas para los países pobres
Este instrumento requiere de 28.000 millones de dólares.
La cumbre virtual del G20, centrada este año en la recuperación de la crisis provocada por la covid-19, y el refuerzo de la cooperación entre sus miembros para combatir la pandemia, terminó este domingo con el compromiso de financiar las vacunas para los países pobres.
"Hemos conseguido mucho este año, hemos cumplido nuestro compromiso para seguir trabajando juntos para enfrentarnos al desafío de la covid-19 para salvar vidas y medios de vida, y proteger a los grupos más vulnerables", aseguró en unas declaraciones finales el rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdelaziz, cuyo país organizó el evento, que se celebró de forma telemática debido a la pandemia.
Tras agradecer a los demás líderes del grupo su participación en los dos días que ha durado el foro, le pasó el testigo al presidente de Italia, Giussepe Conte, que ostentará la presidencia del G20 a partir del 1 de diciembre.
Al tomar el relevo, Conte puso el acento en la lucha contra el cambio climático, con objetivos como "promover la difusión de tecnologías limpias y eficientes", y en la importancia de reforzar la cooperación internacional y el multilateralismo, disminuido durante el mandato del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Construir un mejor futuro solo es posible si trabajos juntos, unidos, en una comunidad global de intenciones, forjado sobre un espíritu de cooperación y solidaridad", sostuvo.
En la declaración final, los miembros del G20 se comprometen a aportar los fondos que todavía le faltan a la iniciativa COVAX, mediante la cual los países de ingresos medios y altos pueden financiar a los más pobres para que reciban también vacunas contra la covid-19.
Este instrumento todavía requiere de 28.000 millones de dólares (unos 23.600 millones de euros al cambio actual) en financiación, de los que 4.200 millones (unos 3.542 millones de euros) se necesitan antes del final del año.
Sin embargo, no hay más medidas para aliviar la situación de las naciones más desfavorecidas, pese a que era uno de los puntos más importantes de la agenda de varios de los participantes.
La declaración final se limita a reiterar los compromisos ya adquiridos a lo largo del año por el Grupo con los países más vulnerables, como mantener la suspensión de la deuda para estos hasta junio de 2021, obviando por ahora el llamamiento hecho por la ONU para que este durase hasta finales del próximo año.
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