Este artículo se publicó hace 11 años.
Erdogan culpa a "extremistas" de las protestas en Turquía
El primer ministro turco pide calma a la población y que no se deje provocar. La Policía vuelve a emplear gases lacrimógenos contra manifestantes en Ankara
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha calificado este lunes de "extremistas" a los manifestantes que desde el viernes pasado se enfrentan a la policía en decenas de ciudades y piden su dimisión.
"Calmaos, tranquilizaos, todo esto se superará", ha declarado Erdogan durante una rueda de prensa en el aeropuerto de Estambul, justo antes partir de visita oficial a Marruecos, en la que ha pedido a la población que no se deje provocar por los "elementos extremistas". Erdogan acusó al opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP) de instigar a las protestas por haber perdido las últimas elecciones, y de que "siempre ha estado en contacto con extremistas". También acusó a los manifestantes de quemar coches y aseguró que pagarán por las consecuencias de sus acciones.
El mandatario ha informado además de que los servicios secretos del país están investigando la posible implicación de potencias extranjeras en las manifestaciones "Nuestra inteligencia está trabajando (para determinar la intervención de agentes extranjeros). Por el momento no se pueden revelar los nombres, pero hemos tenido reuniones con sus responsables", ha afirmado Erdogan, según recoge el diario Hürriyet.
"Esto ha sido una prueba para la democracia de Turquía", dice el presidente Abdulá Gül
Erdogan también ha respondido a las peticiones de contención lanzadas desde la comunidad internacional. "Quienes nos aconsejan moderación deben ser moderados ellos mismos en primer lugar", ha dicho. El mandatario turco ha destacado que el país ya vive una Primavera Turca y que no cederá ante quienes quieren convertirla en un invierno. Erdogan ha destacado así los frutos que está dando el desarrollo y crecimiento económico de los últimos años y ha recordado que el ingreso anual per capita ha alcanzado los 10.500 dólares (unos 8.000 euros), lo que ha provocado "envidias".
Por otra parte, el presidente de Turquía, Abdulá Gül, ha pedido "sentido común" a los manifestantes y ha asegurado que sus mensajes bienintencionados ya han sido escuchados. "La democracia no es sólo votar. El mensaje ha llegado. Se hará lo que sea necesario", ha señalado Gül en declaraciones a la prensa este lunes. El jefe del Estado turco ha pedido contención a todas las partes y ha expresado su preocupación por la presencia de organizaciones ilegales en las manifestaciones. "Esta ha sido una prueba para la democracia turca", ha reconocido.
Mientras, los antidisturbios turcas han vuelto a emplear gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que trataban de reunirse en la céntrica plaza Kizilay de Ankara. La policía intervino para evitar que los manifestantes, en su mayoría jóvenes, se concentran en esa plaza, que ya fue escenario de enfrentamientos violentos en la noche del domingo. Según el portal digital Sendika, que informa en directo de las protestas, la policía también habría empleado pelotas de goma para tratar de dispersar a los manifestantes. Algunas calles de la capital turca están bloqueadas por las barricadas levantadas por los manifestantes, mientras que la carretera principal desde la localidad de Eskisehir a Ankara ha sido bloqueada por estudiantes de dos universidades que tienen sus campus fuera de la ciudad.
Los enfrentamientos se recrudecieron la madrugada del domingo al lunes en Estambul, en la propia Ankara e Izmir, entre otras ciudades. Se trata de la cuarta jornada de protestas, que comenzaron siendo pacíficas, contra la decisión de las autoridades turcas de destruir el parque de la plaza Taksim de Estambul para construir un centro comercial y viviendas. Unas 1.700 personas han sido detenidas en 67 ciudades.
Erdogan dice que su país ya vive una Primavera Turca y que no cederá ante quienes quieren convertirla en un invierno
En este espacio verde, cuyo desalojo policial el viernes desencadenó los enfrentamientos, seguirá adelante el proyecto urbanístico que rechazan los manifestantes, aseguró Erdogan, aunque negó que se talaría más de una decena de árboles. El primer ministro turco anunció ayer que no se construirá un centro comercial, pero ha insistido en que se derruirá el Centro Cultural Atatürk para erigir un teatro o una mezquita.
El secretario general de la Confederación de Sindicatos de Funcionarios Civiles (KESK), Ismail Hakki Tombul, avanzó por teléfono su intención de convocar dos días de huelga a partir de mañana, martes. Tombul añadió que aún están esperando la respuesta de otros sindicatos y organizaciones para unirse a la huelga y solicitó a todos sus miembros que se vistan mañana de negro.
Amnistía Internacional ha denunciado la muerte de al menos dos personas durante las protestas, pero este dato no han sido confirmados por las autoridades turcas. El primer ministro estará ausente del país durante los próximos cuatro días, detalla el diario Hürriyet. Permanecerá hasta mañana en Marruecos, para acto seguido dirigirse a Túnez. Según el rotativo Radikal, la Bolsa de Estambul ha reaccionado a las revueltas con un fuerte de descenso, pues perdía un 8% poco después de su apertura.
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