Dos horas duró el encuentro entre el expresidente de EEUU y candidato republicano, Donald Trump, y el magnate tecnológico Elon Musk. En un espacio hospedado en X –antes Twitter–, ambos mantuvieron una conversación en directo llena de bulos y medias verdades, especialmente relacionadas con las personas migrantes.

El encuentro, que había generado gran expectación, comenzó con un retraso de 45 minutos, debido a que la plataforma parecía estar bajo un ataque de denegación de servicio (DDOS), según afirmó Musk. Aunque X había probado su sistema con ocho millones de oyentes simultáneos, la conversación fue finalmente seguida por alrededor de 1,3 millones. No obstante, son muchos más quienes han atendido el evento en diferido, que tiene cerca de 20 millones de reproducciones. Trump aprovechó este altavoz para impulsar su campaña, intensificar las críticas hacia los demócratas y difundir desinformación.

Advertencias de la UE por incitar al odio

Musk estaba advertido. El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, avisó al empresario de que Bruselas vigila posibles riesgos en la Unión Europea por la publicación de contenido que incita al odio y, de cara a su entrevista con el ultraderechista, le recordó que no está exento de cumplir con la ley.

Desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Servicios Digitales el verano pasado, Bruselas ha abierto investigaciones a X por la diseminación de contenido ilegal en la Unión Europea –hogar de hasta un tercio de los 300 millones de usuarios de X– y sobre la efectividad de las medidas que están tomando para frenar la desinformación.

Musk prometió que el diálogo sería libre y sin guion. Sin embargo, se centró en temas que resultaron cómodos para Trump. Entre ellos, las personas migrantes. El ultraderechista aprovechó este asunto para difundir algunos de los bulos más nocivos, como que EEUU recibe a desempleados, prisioneros y pacientes en instituciones mentales de otros países y que por eso la criminalidad se ha reducido a menos de la mitad en sus lugares de origen. Todo ello con el beneplácito de Elon Musk, que no contradijo ninguna de sus falsedades.

Trump también bromeó con que la "inmigración ilegal" le "salvó" la vida. En el disparo que sufrió durante un mitin en Pensilvania el pasado mes de julio, el populista giró su cabeza para mostrar un gráfico sobre este asunto, lo que le permitió evitar la bala en un lugar mortal.

Críticas al Partido Demócrata

En un contexto donde la vicepresidenta Kamala Harris lidera las encuestas, superando a Trump en 2,8 puntos, el expresidente criticó a quienes apoyan a la candidata demócrata, mientras que Musk acusó a los demócratas de "reescribir la historia", presentando a Harris como una persona "moderada". Aunque Musk se considera un "demócrata moderado", declaró que apoya a Trump en estas elecciones.

El intercambio se convirtió en un mitin digital donde Trump, apoyado por Musk, atacó al partido demócrata y defendió su legado. El populista de extrema derecha enmarcó su campaña de bulos en torno a la idea de "salvar el país", culpando al liderazgo demócrata de un presunto declive.

Finalmente, Trump envió un mensaje a los estadounidenses asegurando que, si es reelegido, logrará que EEUU vuelva a ser "rica, segura y grande". El equipo de Kamala Harris reaccionó rápidamente, burlándose de Trump y Musk, calificando la campaña de Trump como un servicio a los "tipos ricos obsesionados consigo mismos que venderán a la clase media y que no pueden ni realizar una transmisión en directo en el año 2024".