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La disputa por el crucial voto latino o cómo despertar al gigante dormido en las elecciones de EEUU

Alrededor de 36,2 millones están habilitados para votar el próximo 5 de noviembre entre Donald Trump y Kamala Harris.

Un restaurante en Arizona anima al voto latino con un mural de Kamala Harris.
Un restaurante en Arizona anima al voto latino con un mural de Kamala Harris. Elizabeth Frantz / Reuters

En el barrio de Jackson Heights, en el distrito de Queens de Nueva York, está toda Latinoamérica. Barberías dominicanas, tacos mexicanos, sazón colombiana, santería venezolana, bodegas guatemaltecas, banderas de Ecuador, parrillas uruguayas, tiendas de envíos a todo el continente, y promesas de solución de visas. Todo está escrito en dos idiomas, a veces solo español: hablar inglés no sirve de mucho para entablar cualquier conversación.

Aquí viven varios de los más de 2,2 millones de latinoamericanos de Nueva York, parte de los cerca de 65 millones en Estados Unidos (EEUU). De ese total 36,2 millones están habilitados para votar el próximo 5 de noviembre entre Donald Trump y Kamala Harris, y la renovación parcial de la Cámara de Representantes y el Senado.

Son cuatro millones más de electores que en las presidenciales del 2020, 14,7% "de todos los votantes elegibles en noviembre de 2024, un nuevo récord", indica Pew Research Center, que reúne los datos de un electorado que se disputan demócratas y republicanos con mensajes segmentados y spots en castellano. La carrera a la Casa Blanca anticipa una elección reñida, y los latinoamericanos podrían inclinar la balanza para un lado o el otro.

"El voto latino es importantísimo, es la población de mayor crecimiento en los EEUU", explica Jesús García, migrante mexicano, editor de política de La Opinión Los Ángeles y El Diario Nueva York, dos de los medios en español más antiguos y leídos del país. Importantísimo e inestable, agrega: "Siempre están viendo a qué candidato pueden apoyar dependiendo de la elección, no es porque votaron una vez por los demócratas en un distrito van a hacerlo necesariamente de nuevo en una siguiente elección".

Harris o Trump: identidad o economía

"Toca votar el 5 de noviembre, es difícil decidir por cuál de los dos, por lo que somos por Kamala, por cómo está la situación, cómo se ha dañado, me hace dudar, con Trump como presidente la economía mejoró bastantísimo, estábamos bien. Hay una gran parte de la comunidad que tiene esa misma duda", dice Vilma, salvadoreña, que tiene un puesto de camisetas en la avenida Roosevelt de Jackson Heights.

Vilma lleva 20 años en el país, tiene muy presentes los dichos de campaña de Trump contra los migrantes, en particular latinoamericanos, a quienes acusa de "invasión" y promete mano dura y expulsiones masivas. "Sus expresiones no son buenas ya que a todos los migrantes nos encierra y que todos somos iguales", dice.

Pero la economía está mal y eso la afecta directamente: "Se trabaja más y el dinero no alcanza, la canasta básica está por las nubes, y los comerciantes padecemos una caída terrible sobre todo a finales del año anterior y este, y cómo está la inseguridad, hoy día es más difícil ganarse la vida honradamente en la ciudad de Nueva York".

Vilma comparte una de las principales preocupaciones de la población estadounidense como indica el estudio de Reuters/Ipsos de mitad de octubre, donde el 25% de la población afirma que el problema más importante es la economía, seguido de la amenaza a la democracia y la inmigración con el 21% y el 13% respectivamente.

"¿Quién está del lado del pueblo? El problema es para todos, blancos, negros, latinos", se pregunta Vilma, que afirma que seguramente votará por Harris, aunque aún le falta información sobre la vicepresidenta candidata.

Trumpistas convencidos

La avenida Roosevelt es atravesada por la línea 7 del metro que pasa en altura y desemboca en Manhattan. Debajo de las estructuras del metro, Fernando, ecuatoriano, tiene un puesto callejero de accesorios de teléfonos: "Claro que voy a votar, voy a votar rojo, por Trump, por muchas razones, una sería la economía, otra la migración", dice.

Fernando explica que tiene familiares "que llevan aquí treinta años y no tienen papeles, y ahora el Gobierno abrió las fronteras y por lo menos debería chequear quienes entran y quiénes no, entró gente buena y si lo es está bien, y entró mucha gente mala, y ya tienen social security, viven en hoteles, reciben dinero, y yo nunca he recibido un centavo del Gobierno". Migrantes viejos contra migrantes nuevos.

Acusa además a los venezolanos por la inseguridad: "Están haciendo quedar muy mal a los migrantes", dice, y "hay mucho ecuatoriano malo también".

Fernando es de quienes optan por Trump por economía y seguridad, la promesa de law and order. Otros en cambio lo hacen por razones ideológicas, en particular en el estado de Florida, marcado por la migración cubana y venezolana: "Allí estamos viendo una retórica sobre que el país se va a convertir en comunista, que los demócratas están inclinando a EEUU a convertirse en socialista, su discurso tiene mucho que ver con su propia historia", explica García.

Trump ganó en Florida en 2020 y el estado ya no es considerado como un pendular, es decir, en disputa en cada elección y, por ende, con posibilidad de definir el curso de la contienda, sino como uno establemente a favor del partido republicano. Allí estuvo el martes el expresidente reunido con empresarios latinoamericanos, donde acusó a Harris de "lunática izquierdista radical" y "marxista", a tono con el discurso virulento contra la izquierda propio de ese sector político latinoamericano.

Conquistar el voto

"La comunidad latina es diversa, la mayoría está integrada por mexicanos, no todos son migrantes, muchos son de ascendencia mexicana, están los votantes portorriqueños, una comunidad creciente de centroamericanos, ha aumentado la población de República Dominicana que tiene un alto poder político particularmente en la costa este y en la región de Nueva York", explica García. Los últimos en llegar masivamente son los venezolanos y ecuatorianos, que migran por tierra atravesando la selva del Darién que une Colombia con Panamá.

Quienes pueden votar dentro de ese conjunto heterogéneo tienen un rasgo en común: "Son el grupo que registra el número menor de votantes con respecto a otros grupos que tienen mayor participación, como los afroamericanos o los asiáticos". Millones y con poca participación: "Al voto latino se le ha llamado el gigante dormido, vamos a ver si en esta elección se despierta", dice García.

El 59% de los latinos votaron por Biden en 2020, según el Pew Research Institute. La inclinación de ese voto podría ser particularmente importante en estados pendulares con importante población latina votante, como Arizona, estado fronterizo con México, donde el 63% votaron demócrata en 2020, volcando hacia el azul ese estado históricamente rojo.

Quedan dos semanas para la elección del 5 de noviembre, aunque la votación ya comenzó de manera anticipada en varios estados, como Florida y Texas. El promedio de encuestas le otorga una frágil ventaja a Harris, en un sistema electoral donde la mayoría de votos no define necesariamente al ganador, sino que lo hace el total de votos en el Colegio Electoral. Los latinos, como la comunidad de Jackson Heights, serán parte de la definición para saber quién ocupará la Casa Blanca a partir de enero.

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