Al menos dos palestinos han muerto este jueves en un tiroteo perpetrado por un grupo de colonos israelíes contra los asistentes a un funeral en la localidad cisjordana de Qusra, en el sur de Nablús.

Las víctimas son un padre y un hijo que habían acudido al funeral de tres palestinos que murieron el miércoles en circunstancias similares en la misma localidad.

Fuentes médicas han indicado que tanto los colonos como varios militares israelíes abrieron fuego contra los residentes que asistían al funeral, así como contra las ambulancias que transportaban a los fallecidos a la entrada de Al Sawiye. Los fallecidos han sido identificados como Ibrahim Wadi, de 63 años, y su hijo, Ahmad, de 26.

El Ministerio de Exteriores palestino ha condenado el "crimen atroz perpetrado contra los mártires de la localidad de Qusra y el servicio de ambulancias que trasladaba los cuerpos", según un breve mensaje difundido a través de X, antes conocida como Twitter.

Las autoridades palestinas han informado, además, de que un adolescente palestino ha muerto en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de Israel en Bani Naim, al este de Hebrón. El joven, de 16 años, ha fallecido tras resultar herido de gravedad en el pecho durante una serie de enfrentamientos registrados a última hora del miércoles, según informaciones de la agencia de noticias WAFA.

Habían acudido al funeral de otros tres asesinados

Las dos víctimas del jueves se encontraban en el funeral de tres palestinos asesinados por colonos israelíes el miércoles, en un ataque donde resultaron heridos al menos otros seis, según la Autoridad Palestina, y se convirtió en el suceso más grave de la violencia ejercida por colonos contra civiles palestinos en los últimos meses.

El incidente tuvo lugar cerca del pueblo de Qusra, situado a unos 15 kilómetros al sur de Nablus, y según testigos locales, citados por la agencia palestina Wafa, sucedió cuando unos colonos israelíes del asentamiento de Esh Kodesh atacaron a palestinos en la carretera cercana. Entre los heridos por bala se hallaba un niño de seis años, según Sanad, que cita fuentes de la Media Luna Roja palestina.

Durante la tarde del miércoles se registraron numerosos enfrentamientos, con un total de diez heridos, entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes así como con colonos en varias zonas de Cisjordania, desde Yenín y Nablus en el norte hasta Ramalá en el centro y Hebrón en el sur, ciudad en la que se registraron cinco heridos por bala. 

En total, desde el sábado se han registrado 29 muertos y 150 heridos a manos de las fuerzas israelíes en Cisjordania. Las autoridades palestinas consideran que estos ataques forman parte de "una guerra abierta contra los civiles palestinos, sus tierras, propiedades y sus vidas". Este año se ha caracterizado por enfrentamientos cada vez más violentos entre los colonos israelíes ultrasionistas, que establecen asentamientos para reafirmar su derecho sobre la tierra, y la población local.

El asentamiento de Esh Kodesh, un núcleo de una decena de familias a un kilómetro al sur de Qusra, es uno del centenar largo de los llamados "puestos de avanzadilla" ilegales bajo la ley israelí, que se suman a los más de 130 asentamientos legalizados por el Gobierno israelí pero ilegales bajo la ley internacional, que cubren casi el diez por ciento del terreno de Cisjordania.

Los habitantes de estos núcleos acosan a menudo a la población local y destruyen sus cosechas o pertenencias, ya que en su opinión, Cisjordania debería ser enteramente judía.

Cisjordania ocupada e Israel viven su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05) y en lo que va de año ya han muerto 232 palestinos en el marco del conflicto palestino-israelí, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes y atacantes, pero también civiles, incluidos 41 menores.