Este artículo se publicó hace 13 años.
Las barriadas más pobres de Lima se vuelcan con Keiko
Perú cierra su campaña electoral más dividida. Los blancos están con Fujimori y los indígenas con Humala
Ya es hora de que se acaben las elecciones, todo está paralizado y el país más dividido que nunca", comenta Ana María Flores Góngora, asistente social en una de las zonas más pobres del distrito de los Chorrillos en Lima. Con otras seis mujeres, trabaja en el comedor público de la parroquia de San Genaro, creado en la época de Alberto Fujimori para los más necesitados. Ana María es la única trabajadora del comedor que votará este domingo por el socialista peruano Ollanta Humala. Todas las demás optarán por Keiko, la hija de Alberto Fujimori, el expresidente condenado a 25 años de cárcel por violación de los derechos humanos y corrupción.
Según el último sondeo de Ipsos, Keiko, la candidata de Fuerza 2011, ganará la elecciones presidenciales peruanas con un 51% de los votos, frente al candidato de Gana Perú, el nacionalista Humala, al que la encuesta le atribuye el 49% de la intención de voto. La corta distancia entre los dos candidatos augura que la partida no se decidirá hasta el último minuto.
Ayer, ambos candidatos celebraban en un ambiente tenso el cierre de la campaña en Lima, separados por dos kilómetros de distancia. Las últimas semanas estuvieron marcadas por una dura pugna entre los defensores de cada partido. Una lucha por llegar al poder que se refleja en cada rincón del país. No hay un barrio de la capital peruana que esté libre de propaganda. La prensa participó también descaradamente en esta carrera a la Presidencia. La mayoría de los medios apoya a la hija de Fujimori.
El temor al chavismoEste apoyo sin freno provocó la ruptura del escritor Mario Vargas Llosa con el diario El Comercio. Tras la segunda vuelta, el ganador del Premio Nobel de Literatura se volcó con Ollanta a pesar de las críticas de la oligarquía peruana. Los empresarios y la clase media alta recelan de la cercanía de Humala con el presidente venezolano. "Existe el temor de que Ollanta se radicalice al estilo de Hugo Chávez", asegura el sociólogo Julio Cotler. "Ése es el temor de los blancos", añade Cotler. Los indígenas, por el contrario, se decantan en su mayoría por Humala.
Los vínculos del candidato de Gana Perú con Chávez son el argumento más empleado por los defensores de Keiko. La candidata de Fuerza 2011 organizó ayer una conferencia de prensa sorpresa rodeada de tres excandidatos, el exalcalde de Lima Luis Castañeda, el exministro de Economía Pedro Kuczynski y Mercedes Araoz, exministra de Comercio Exterior y Turismo. Manifestaron su adhesión a Keiko e insinuaron que podrían entrar en el Gobierno en caso de victoria. "Queremos un Gobierno que busque la reconciliación y nos oponemos a un seguidor de Chávez", dijo la candidata.
En el cierre de campaña de su adversario, un Humala casi afónico convocó a la gente a cerrar el paso al retorno de la dictadura: "No podemos rehabilitar una dictadura que violó los derechos humanos, esterilizó a más de 300.000 mujeres, asesinó a periodistas y estudiantes. Digamos basta a la dictadura, el continuismo y la corrupción. Tenemos que votar con conciencia, sin miedo y con mucha memoria".
Pero en los Chorrillos las preocupaciones son otras. Muchos jóvenes temen que Humala imponga otra vez la mili. "Va a ser más duro con Ollanta, es un militar", indica Miller Salgado, de 22 años. Las trabajadoras de San Genaro esperan la vuelta de los Fujimori porque "son más generosos". "Al igual que su padre, ella regala comida. Es un sistema de asistencia que no sirve para luchar contra la pobreza, sólo les garantiza el voto", reprocha Ana María.
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