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Amnistía Internacional reclama "verdad, justicia y reparación" para las víctimas de la violencia política en Ecuador

La organización pide salvaguardar los derechos humanos durante la investigación de los crímenes y durante el estado de excepción decretado por el presidente Lasso tras el asesinato. 

Foto tomada en Quito tras el asesinato de Fernando Villavicencio
Foto tomada en Quito tras el asesinato de Fernando Villavicencio. Karen Toro / Reuters

La organización Amnistía Internacional (AI) expresó su preocupación por la violencia en Ecuador tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio y pidió a las autoridades salvaguardar los derechos humanos.

En un comunicado, la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, dijo que la organización está "sumamente preocupada" por la actual situación y por la serie de asesinatos de personas candidatas a cargos públicos en las últimas semanas.

"Las víctimas de la actual oleada de violencia política merecen verdad, justicia y reparación" y las autoridades "deben tomar medidas" para investigar estos crímenes, añadió.

"Al mismo tiempo, el estado de excepción declarado en respuesta a estos sucesos no debe abrir la puerta a graves violaciones de los derechos humanos que podrían socavar la seguridad de toda la población de Ecuador", subrayó la directora.

En su comunicado, la organización no gubernamental dice que Ecuador se ha enfrentado a una crisis de inseguridad, concentrada principalmente en las zonas costeras cercanas a las ciudades de Guayaquil y Esmeraldas debido a su ubicación estratégica en las rutas para el tráfico de drogas. 

El 3 de mayo, el presidente Guillermo Lasso emitió un decreto que permitía el despliegue de fuerzas armadas en todo el territorio nacional "para reprimir la amenaza terrorista" en el país, sin poner ningún límite temporal a esta orden.

El 17 de mayo, agrega la nota, el presidente disolvió por decreto la Asamblea Nacional y convocó elecciones para el 20 de agosto. El estado de excepción declarado en respuesta al asesinato de Villavicencio, con una duración de 60 días, es el último de una serie de decretos de excepción del presidente e implica la suspensión de varios derechos de la ciudadanía, entre ellos el derecho a la libertad de reunión.

Además, el decreto de la Policía y de las Fuerzas Armadas les permite entrar en residencias y locales para hacer registros y confiscar bienes. 

En el contexto del estado de excepción y la suspensión de ciertos derechos, AI recuerda a las autoridades ecuatorianas que ciertos derechos no deben ser nunca objeto de suspensión, conforme al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

En concreto, la organización sostiene que el derecho a la vida, la prohibición de la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes, la exigencia de que tanto la responsabilidad penal como el castigo se limiten a disposiciones claras y precisas de la ley, son derechos relevantes en relación con el reciente despliegue de fuerzas armadas en todo el país, agrega.

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