Este artículo se publicó hace 2 años.
"Hace falta una estrategia de defensa europea, sin necesidad de disparar el gasto militar"
En plena polémica por el aumento del gasto militar exigido por la OTAN y a pocas semanas de la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid, el secretario de la mesa del Congreso y portavoz de Podemos responde, con una nitidez inusitada en la izquierda, sobre la posición del partido a propósito de las políticas de defensa europeas.
La Base
Madrid--Actualizado a
¿Es la OTAN una organización militar útil para los intereses de Europa?
La OTAN es la subordinación de los intereses europeos a los EE.UU. en aspectos clave, como la defensa y la seguridad. La próxima Cumbre de la OTAN en Madrid busca reforzar esa dependencia y que los países europeos contribuyan con más gasto militar a su sostenimiento.
A menudo los propagandistas de la alianza atlántica nos dicen que ésta resulta fundamental para garantizar la seguridad geopolítica de España. Pero, ¿de verdad EE.UU. nos protegería si un aliado suyo como Marruecos reclamara la territorialidad de Ceuta y Melilla? Ahora mismo hemos normalizado las relaciones con Marruecos a costa de comprar las razones de Marruecos, pero esto no siempre será así.
Hace unos días el ex Ministro José Manuel Otero Novas, contaba en una entrevista que EE.UU. planteó un ultimatum al Gobierno de Adolfo Suárez, diciendo que si España no entraba en la OTAN impulsarían la independencia de las Islas Canarias. Creo que la anécdota es lo suficientemente ilustrativa para entender que la pertenencia a la OTAN nunca tuvo que ver con la seguridad.
Macron decía hace no tanto que la OTAN era un cádaver andante. La guerra de Ucrania sin duda ha empoderado a la Alianza. Muchos analistas han puesto el acento en la torpeza de Putin a la hora de empujar el escenario que buscaban los EEUU ¿Estás de acuerdo?
Sí, pero voy más allá. Me pregunto si la OTAN ha servido de algo para evitar la guerra de Ucrania o, si por el contrario, ha propiciado también el actual escenario. Y aquí veo una diferencia muy clara entre los intereses norteamericanos y los intereses europeos. Estoy convencido de que ni Francia ni Alemania querían un choque con Rusia ni, por supuesto, que el enfrentamiento militar escalara en Ucrania.
Creo, además, que la guerra se podría haber evitado si el conflicto se hubiera abordado desde un plano europeo. De hecho, ya se estaba encauzando con los acuerdos de Minsk II que planteaban la neutralidad de Ucrania y el reconocimiento de autonomía para la región del Donbás. Ese acuerdo fue firmado por Alemania, Francia, Rusia y Ucrania. Pero el problema es que EE.UU. no estaba en esa foto.
Paralelamente, parece claro que una parte de la dirección norteamericana buscaba un conflicto directo con Rusia como primer paso de su largo conflicto contra China. El pueblo ucraniano, lamentablemente, ha sido aquí el peón sacrificado entre Washington y Moscú.
Tú militaste en las Juventudes Comunistas. En la tradición política de IU y el PCE, la identidad anti OTAN es casi un elemento fundante. Aunque Podemos siempre ha mantenido una posición crítica con la OTAN, no todas las fuerzas y los referentes de la izquierda diferente al PSOE, han sido inequívocos en estos días. ¿Se convive bien en el espacio con posiciones diferenciadas?
Creo que España sigue siendo mayoritariamente el país del “no a la guerra”. Nuestra mejor tradición democrático-republicana ya renunciaba a la guerra como instrumento de política nacional y, desde luego, el movimiento obrero siempre denunció la política de bloques y levantó las banderas de la paz.
No estamos ante un problema secundario. Puede que estemos ante una cuestión que defina la época y, en este sentido, la izquierda no puede jugar a la ambigüedad. Las relaciones internacionales están entrando en mares procelosos y la nueva fase va a estar marcada por la competición aguda entre EE.UU. y China. Nosotros, como ciudadanos europeos, tenemos que pensar muy bien si estamos dispuestos a seguir a los EE.UU. a un enfrentamiento militar con China o si por el contrario queremos ser un continente de paz. A mi juicio, nuestro espacio político tiene que seguir defendiendo claramente que España sea referente de paz y no vernos abocados a aventuras militaristas.
La dinámica mediática generada tras la invasión rusa de Ucrania ha dejado poco espacio a los análisis racionales y hemos visto cómo las posiciones que apostaban por las vías diplomáticas eran ridiculizadas en muchos medios ¿Cómo habéis vivido esta agresividad mediática contra el pacifismo?
Pues la verdad es que no por esperada deja de sorprenderte. Ione Belarra fue de las primeras ministras que salió a condenar la invasión de Putin y pedir un alto el fuego y, sin embargo, los medios del poder nos han acusado de todo, desde pacifistas ingenuos a agentes del Kremlin.
Estos medios saben que PODEMOS nunca ha guardado ninguna simpatía por un tipo como Putin y, a la vez, ocultan deliberadamente los vínculos de la ultraderecha con el gobierno ruso. Pero la verdad no importa demasiado, lo que buscaban era ajustar cuentas con nuestras dirigentes y aislar a una izquierda con criterio autónomo y que para denunciar a Putin no necesita comprarle las razones a los señores de la guerra.
¿Los ministros de Podemos estarán presentes en la Cumbre de la OTAN?
Nuestras ministras no estarán presentes en la Cumbre de la OTAN. Donde sí vamos a estar es en el movimiento europeo por la paz que desde PODEMOS estamos levantando junto con fuerzas y referentes europeos como Jeac-Luc Mélenchon o Jeremy Corbyn.
Pensamos que, frente a la guerra de Ucrania, seríamos mucho más útiles como país y como gobierno si acogiésemos e impulsáramos una gran cumbre por la paz y las vías diplomáticas.
¿Estaréis en la contra-cumbre?
Estaremos.
Habéis sido muy críticos con la propuesta del ala derecha del gobierno de aumentar el gasto militar. ¿Cuál será la posición de Podemos sobre esta cuestión en la negociación de los PGE?
Nos preocupa que la conclusión de la cumbre de la OTAN sea que España tiene que disparar su gasto militar para responder a las nuevas exigencias geopolíticas de EE.UU. Como mucha gente, pensamos que un gobierno progresista se tiene que caracterizar por impulsar el gasto social y el bienestar de la ciudadanía, no por multiplicar el gasto militar. Y esperamos, por supuesto, que esto es lo que se vea reflejado en los próximos PGE.
Pero, más allá de esto, creo que la cuestión clave aquí es otra. Aquí parece que se ha asumido como una verdad indubitable que hay que elevar el gasto militar. Pero, ¿para qué? ¿Para comprarle más cazas y misiles de última generación a EE.UU. porque así lo orden ellos? Aquí tenemos un problema de fondo y que Europa todavía no ha definido cuáles son sus necesidades militares y de defensa. Pienso que aquí lo relevante sería que los países europeos definieran bien cuáles son sus intereses comunes: qué tipo de Fuerzas Armadas requieren, qué tipo de industria militar que también sirviera para nuestro propio desarrollo tecnológico, etc.
Hay un dato que la gente desconoce pero si cogiéramos el total del gasto militar de los países europeos nos encontraríamos que Europa ya es una de las potencias que más invierte en su defensa. El problema es otro, el problema es que tenemos 27 doctrinas militares diferentes, 27 tipos de armamentos distintos y no hay una coordinación estratégica. Pero la realidad es que todo ese gasto militar se podría racionalizar desde una estrategia de defensa común, sin necesidad de disparar el gasto militar. Algo que, desagraciadamente, siempre se haría en detrimento del gasto social.
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