Este artículo se publicó hace 2 años.
La paradoja eléctrica: la 'excepción ibérica' abarata un 13% un recibo de la luz que aun así alcanza precios de récord
Este mecanismo de compensación del gas sitúa los precios de España como los menos caros de Europa, aunque eso no impide que las facturas domésticas se mantengan en las cuantías más elevadas de la historia.
Zaragoza-Actualizado a
La excepción ibérica, el mecanismo que en España y Portugal reduce desde el 15 de junio el peso del gas en la fijación del precio de la electricidad en el mercado mayorista, está consiguiendo reducir en algo más de una octava parte la cuantía de los recibos de la luz. Pero su aplicación no está impidiendo que, al mismo tiempo, tanto esas facturas como las cotizaciones se encuentren en los niveles más elevados de la historia.
La excepción ibérica consiste en aplicar a la electricidad generada mediante la quema de gas en centrales térmicas -que es la que marca el precio de esa energía en el disparatado sistema de subastas horarias que sufren familias y empresas en España-, un tope de 40 euros por megawatio (Mw/h) que hace que deje de ser la clave y que se combina con una compensación a las compañías eléctricas, que se repercute a los usuarios, por el coste real que ha tenido para ellas el combustible que han quemado.
Es decir, que a las eléctricas que explotan centrales térmicas se les paga el coste de la materia prima pero dejan de acceder al magro negocio que hasta finales de esta primavera hacían con el resultado de su quema. Cambia el sistema de ponderación con la garantía de cobertura de los costes para las compañías.
La aplicación de ese mecanismo está haciendo que la cotización de la luz en el mercado mayorista español se haya reducido una media del 19,98% entre el 15 de junio y el 31 de agosto, según los datos de OMIE, el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad, y del Ministerio para la Transición Ecológica, que los difunde diariamente en su perfil de Twitter.
Concretamente, en esos primeros dos meses y medio de aplicación de la excepción ibérica el precio medio del Mw/h en las subastas ha sido de 148,11 euros, que con la compensación por el gas quemado se elevaba a 273,66, pero que sin ella habría llegado a 328,35. Los extremos de esta fase inicial del sistema se encuentran en el 37,5% del 18 de agosto y el 2,3% del 17 de julio.
"El comportamiento de los actores del mercado eléctrico no es el mismo con este mecanismo que sin él", explican fuentes del ministerio, que pronostican que "lo lógico es que el ahorro se incremente a partir del otoño" al ir ganando peso tecnologías renovables como la energía eólica y la hidráulica, lo que, siempre que el tiempo acompañe, reducirá todavía más el peso del gas.
"El mecanismo está funcionando en las peores condiciones, con anticiclón y con sequía, y aun así está generando ahorros", apuntan las mismas fuentes.
Agosto acaba con la segunda factura más cara de la historia
Las últimas estimaciones del Ministerio para la Transición Ecológica sitúan en 2.012 millones de euros el ahorro para los consumidores derivado de la excepción ibérica en estos dos meses y medio y apuntan a que rondará en el primer año de aplicación de la medida los 10.000, cifra a la que hay que sumarle la derivada de la reducción de impuestos, cuyo impacto en las cuentas públicas ha sido de 5.600 millones de euros entre los meses de junio de 2021 y de 2022.
La rebaja de la luz para los hogares se sitúa en el 13,5%, según las estimaciones de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que calcula el recibo del mes de agosto de un hogar medio con tarifa regulada en 130,99 euros cuando "sin la aplicación de esta medida la factura media habría alcanzado los 151,55 convirtiéndose en la mayor factura de la historia".
Se trata, coinciden OCU y Facua, de la segunda factura más cara que han pagado los hogares españoles, algo que ya ocurrió en julio, cuyo recibo pasa ahora a situarse en el tercer puesto con los 176,73 euros de marzo en el primero.
El recibo medio, que arrastra en un año una subida media del 70%, lleva desde septiembre de 2021 por encima de los cien euros, un nivel que nunca antes había alcanzado.
"Aunque la aplicación del tope al gas y la bajada del IVA han frenado un incremento mucho mayor, estas medidas resultan absolutamente insuficientes", señala Rubén Sánchez, portavoz de Facua, que cifra entre 12 y 15 céntimos por kilowatio (Kw/h) la rebaja que generan la excepción ibérica y el recorte de impuestos en los recibos domésticos.
La luz menos cara de Europa y la más costosa en casa
"Estamos en una situación excepcional que afecta a la mayoría de los países de Europa. Agosto ha sido el mes más complicado hasta ahora al combinarse el precio del gas, que se ha disparado y en un año ha pasado de 46 a 239 euros por megawatio, con unas circunstancias meteorológicas de sequía y anticiclón", anota Enrique García, portavoz de OCU.
La carestía de la electricidad se da en todos los países europeos, en el caso de España con un paradójico escenario en el que se combinan los precios más bajos de Europa en los últimos dos meses y medio con los más caros de su mercado local, según los datos de OMIE.
La paradoja eléctrica incluye que esa brecha de precios del Mw/h se vaya abriendo más cuanto más sube el precio del gas y mayor dependencia tienen de los suministros procedentes de Rusia los distintos países.
Así, el mercado mayorista español ha pasado de estrenar la excepción ibérica con unas cotizaciones que solo se veían superadas por las de Francia e Italia, y solo por un 3,5% y un 11%, a cerrar agosto con diferencias del -32% al -62% frente a los principales países europeos y mantener un nivel similar al de los escandinavos, que consumen más gas noruego que ruso.
Ese vertiginoso encarecimiento de la electricidad, que está teniendo unos intensos efectos de arrastre inflacionista en la eurozona, ha llevado a la UE a plantearse una "intervención de emergencia" en los mercados eléctricos, algo a lo que históricamente se había negado.
El kilowatio sube más de un 60% en apenas un año
"Si no se toman medidas corremos el riesgo de entrar en un proceso de destrucción de la economía", señala Carlos Martín Urriza, director del Gabinete Económico de CCOO, que anota que "parte de la inflación tiene un origen institucional: se han tomado medidas de guerra comercial con Rusia claramente inflacionistas, como la desconexión de su gas y el embargo de su petróleo, sin acompañarlas con medidas de compensación".
En el anunciado cambio de postura de la Comisión Europea tiene mucho que ver la extensión por las principales economías de la Unión de un fenómeno que también está empezando a castigar a los consumidores españoles: los desmesurados encarecimientos del precio del kilowatio que está conllevando la renovación en cascada de los contratos del mercado libre tras un año de tormenta energética.
Según datos de Selectra, el principal comparador de tarifas eléctricas que opera en España, el kilowatio alcanza en lo que va de año en España una media de 22,2 céntimos en las tarifas del mercado libre, un precio netamente superior al de años anteriores, ya que la media era de 13,58 en el primer semestre del año pasado y de 18,78 en el segundo, lo que supone sendos encarecimientos del 62% y el 17% en apenas un año.
De hecho, menudean las tarifas planas en las que el precio del kilowatio supera los 25 céntimos y las de discriminación horaria, en las que pasa de 30 en las horas punta, con potencia, peajes, cargos e impuestos al margen en todos los casos.
"No sabemos si están aplicando la rebaja"
En el caso de España, a ese encarecimiento se le suma otro comportamiento de las compañías eléctricas que está generando malestar: incluyen en las facturas la compensación al gas (16 céntimos por kilowatio en agosto) como un nuevo concepto pero no indican qué precio habría pagado el consumidor sin ella (de 12 a 15 más), es decir, el ahorro que supone.
"Los recibos están subiendo, pero no sabemos si están aplicando la rebaja", explica García, que llama la atención sobre la situación que se van encontrando los consumidores que van entrando en la excepción ibérica conforme se van renovando sus contratos. En los vigentes se mantienen las condiciones firmadas, algo que ahora resulta beneficioso para el usuario por gravoso que pudiera resultar hace dos años.
"Participa en el pago de la compensación quien se beneficia del nuevo precio, eso está ocurriendo desde el 26 de abril, cuando se estableció el sistema. Pero hay que ver cómo se renuevan esas compensaciones. Hay que ser muy prudentes en las renovaciones y en los cambios de contrato", anota, mientras recuerda que también las compañías que compran electricidad en el mercado mayorista se benefician del sistema.
El impacto de la compensación a las eléctricas por la compensación del gas se prorratea entre todos sus beneficiarios, por lo que debería ir reduciéndose conforme aumente el número de estos por las renovaciones, explican fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica.
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