Este artículo se publicó hace 13 años.
El Atleti reincide en Manzano
El entrenador, que comparte agente con el nuevo director deportivo, llega al club tras el no' de Luis Enrique y Benítez
En pleno proceso de autodestrucción deportiva e institucional, el Atlético de Madrid dio ayer otro paso hacia la nada. De mala gana, acuciados por el paso de los días y desconcertados por varias negativas de tronío, los dueños del club decidieron poner el nuevo proyecto en manos de Gregorio Manzano (55 años), entrenador que firma por una temporada y será presentado mañana. De rebote, el jienense regresa a un banquillo que, con más pena que gloria, ya ocupó hace siete años, durante la Liga 2003-04. El gris recuerdo que dejó y, sobre todo, su rocambolesco proceso de elección no han contribuido a ilusionar a la afición rojiblanca. Al contrario.
El origen del penúltimo desencanto y de todos los males del Atlético reside en la permanente batalla de poder que libran Miguel Ángel Gil, consejero delegado, y Enrique Cerezo, presidente. Gil pretendía revitalizar la estructura interna mediante la contratación de Kiko y Toni Muñoz, dos exfutbolistas de reconocido pedigrí atlético. Estaba atado, incluso publicado, hasta que Cerezo se opuso y ambos renunciaron. Llegaron entonces otros tres exjugadores de peso: Caminero, director deportivo; Aguilera, responsable de la cantera, y Pantic, técnico del filial.
Cerezo pierde su pulso con Gil Marín por imponer a Caparrós
Cuando Gil Marín planificó la estructura del equipo con Kiko y Toni, los tres convinieron que Luis Enrique, entonces entrenador del Barça B, era la mejor opción para el banquillo del Manzanares. La oposición de Cerezo enfrió la negociación con el asturiano y Caminero, buscando un consenso, contactó con Rafa Benítez. El madrileño también dijo no, así que el director deportivo tocó a la puerta de Joaquín Caparrós, el preferido por Cerezo. Un socio de Gorka Arrinda, representante del todavía técnico del Athletic, viajó a Madrid para reunirse con el presidente colchonero y posteriormente el propio Caminero telefoneó al entrenador andaluz, más como un gesto para contentar a Cerezo que para hacerle una propuesta en firme. De hecho, volvió a la carga con Luis Enrique, pero el asturiano tampoco dijo sí. Prefiere trabajar en el Roma.
Sin técnico, con el Kun haciéndole guiños descarados al Madrid desde Argentina y en el epicentro de la refriega Gil-Cerezo, Caminero tira de móvil y llama a Manuel García Quilón, su representante y el de Manzano. El agente, que también lo es de Gabi, futbolista recién repescado del Zaragoza, hace valer su ascendencia en el club Quique Flores y Benítez son otros de sus representados y agiliza la contratación del entrenador que acaba de salir del Sevilla. Los propietarios hicieron oficial el fichaje por la tarde desoyendo las encuestas y los numerosos mensajes de repulsa de los aficionados en las redes sociales.
Así, la plataforma Atléticos por el Cambio solicitó ayer mismo a los socios y abonados que no renueven su carnet hasta no conocer el proyecto: "Gil Marín se comprometió públicamente a informar de cuál sería el proyecto deportivo antes de que se efectuase el cobro de los abonos y, estando sólo a una semana del pase de los recibos, no tenemos ninguna información al respecto y permanecemos atónitos a esta operación de liquidación por derribo del club".
El pecado de Manzano 389 partidos en Primera y campeón de Copa en 2003 con el Mallorca en su anterior etapa rojiblanca no fue sólo dejar al Atlético fuera de la UEFA y su fútbol triste, sino el castigo al que sometió a Movilla que le volvió impopular para la grada. Y ese clamor en contra no se ha ido.
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