Arshavin cuesta la mitad que Lass

El mercado invernal ha agrandado la brecha existente entre el fútbol profesional inglés y el español. Los clubes de la Premier han gastado casi 200 millones de euros, cuatro veces más que los 54 invertidos por los equipos de la Liga. Las transacciones británicas han sido numerosas casi medio centenar entre fichajes y cesiones y, salvo excepciones, ponderadas; las mayoría de las 23 operaciones españolas han sido a coste cero cesiones o altas de jugadores que estaban sin ficha, y sólo la angustia del Real Madrid ha encarecido el panorama.

La entidad blanca ha desembolsado 41,5 millones de euros, el 77% de lo gastado por todos los clubes en la cesión de Faubert y en la contratación de Lass y Huntelaar. La diferencia entre negociar a la desesperada y gestionar sin prisa un fichaje provoca que un discreto centrocampista como el francés del Madrid costase a finales de diciembre prácticamente el doble, 20 millones, que los 13,3 que pagó el Arsenal a última hora del lunes por el delantero ruso Arshavin, una de las grandes figuras del fútbol europeo.

Tras el Madrid, a distancia sideral, el Betis realizó la tercera operación importante al abonar nueve millones al Zaragoza por Oliveira. Para ello, Manuel Ruiz de Lopera, presidente verdiblanco, tuvo que tirar de influencia y abrir un banco el pasado sábado por la tarde para avalar la transacción.

No menos curioso es el caso de Robbie Keane. El pasado verano el Liverpool pagó 22 millones al Tottenham por el delantero irlandés. Seis meses después, regresa a los spurs a cambio de 17 millones. El club londinense recupera al futbolista y gana dinero.

El caso inglés es una excepción. Ni la crisis económica internacional ha sido capaz de lastrar un mercado cada vez más insignificante en el resto de campeonatos. En Italia, la llegada de Beckham al Milan eclipsó el resto de discretas transacciones, mientras que lo más destacado en la Bundesliga alemana fue el fichaje del ucranio Tymoschuk, del Zenit, por el Bayern de Múnich.

En España, 14 años después del primer refuerzo invernal el rumano Dumitrescu, cedido en 1995 por el Tottenham al Sevilla, pocos clubes aspiran ya a dar con una perla escondida. Son contados los que confían en contratar a alguien siquiera parecido al Dani Alves que en enero de 2001 aterrizó en Sevilla. Todo lo demás suelen ser parches invernales a la desesperada.

La deuda de los clubes de fútbol de Primera, Segunda y Segunda B con Hacienda sigue en aumento. Según los datos facilitados recientemente por el Gobierno al diputado del PP Francisco Antonio González, y a los que ha tenido acceso ‘Público’, el pasado 31 de octubre estas entidades deportivas debían ya a la Agencia Estatal de Administración Tributaria 627.266.721,38 euros.

Una cifra que supone, de hecho, un aumento respecto a los anteriores datos facilitados por el Ejecutivo sobre la deuda tributaria de los clubes. En julio pasado, y en respuesta a una pregunta parlamentaria de Gaspar Llamazares, portavoz de IU, el Gobierno reconocía que los clubes tenían a 30 de abril de 2008 una deuda pendiente de 607.357.484,01 euros. Es decir, en sólo seis meses la morosidad del fútbol profesional ha aumentado en cerca de 20 millones.

Sin embargo, en ninguna de las dos respuestas parlamentarias el Ejecutivo especifica cuáles son los clubes morosos y la cantidad concreta de la deuda de cada uno, ya que, se recoge en el escrito, estos datos “tienen carácter reservado”. Lo que sí facilita el Gobierno en su última respuesta es que los clubes no sólo le deben dinero a Hacienda, sino también a la Seguridad Social. A fecha de 1 de diciembre de 2008, el fútbol español debía a las arcas de este organismo otros 4.912.121,35 euros, según el Fichero General de Recaudación.