Este artículo se publicó hace 13 años.
"No volver a rodar con Chabrol es muy doloroso"
Isabelle Huppert analiza las claves de 'Una mujer en África' sobre las relaciones entre blancos y negros en el continente
Las relaciones del continente africano con sus antiguas metrópolis europeas siguen atravesando la literatura y el cine muchas décadas después del fin del colonialismo. El último ejemplo llega de la mano de Isabelle Huppert y de una de las directoras más interesantes del cine francés, ClaireDenis (París, 1948), cuyas películas se mantenían hasta ahora inéditas en los cines españoles, tal vez a causa de su escaso gancho comercial. La maldición se rompe por fin con Una mujer en África, en la que ha contado con una protagonista como Huppert, que le ha abierto automáticamente la hermética compuerta del mercado internacional.
Hacía tiempo que la actriz tenía ganas de trabajar con Denis. "La conocí durante los ochenta, cuando era ayudante de dirección de Wim Wenders y Jim Jarmusch", cuenta Huppert. "Desde su primera película, me apasionó su cine silencioso y metafórico, sin afán explicativo ni psicológico y con un gran sentido de la poesía. En este filme relata una parte íntima de su vida, que al mismo tiempo ha reconvertido en ficción pura", añade la actriz.
"La protagonista cree que el colonialismo ya no es un problema"
El título original, White Material, hace referencia a un término despectivo que los sub-saharianos usan para llamar a los africanos blancos. En ese ambiente marcado por la tensión racial no resuelta trans-curre la película de Denis, que sabe de lo que habla. La directora creció en Camerún, donde fue destinado su padre, funcionario, encargado de la administración de las colonias. Allí ha rodado esta última película, aunque nunca cite explícitamente al país y se limite a ambientar la historia en un estado anónimo que camina irremediablemente hacia la guerra civil, después que un oficial rebelde haya levantado el caos por todo su territorio.
Mientras tanto, María, la protagonista, lucha por preservar su plantación de café. Está convencida de que Chérif,alcalde de un pueblo vecino, le ofrecerá su protección y albergará a su familia ante los disparos. "Es una mujer idealista y combativa, con un fuerte sentimiento de pertenencia al país, que cree que los problemas del colonialismo ya han quedado resueltos, hasta el punto de no querer reconocer la realidad que tiene ante sus narices", dice Huppert sobre su personaje. "Pero esta negación de la realidad la conducirá hacia la tragedia". La guerra provocará la regresión de sus habitantes hacia un estado primitivo y salvaje. "A los negros como a los blancos", puntualiza Huppert.
Entre Lessing y Coetzee"Algunos blancos piensan que sus sirvientes ya son iguales que ellos"
Una mujer en África, que se estrena el viernes, ofrece una visión descorazonadora de un continente sumido en la incertidumbre ante su futuro. "La precariedad y las condiciones de vida son extremadamente duras, pero no soy fatalista. Hay que confiar y tener espe-ranza en los africanos. Ellos mismos, con su alegría de vivir, nos incitan a ello", dice Huppert.Fue la actriz quien originó el proyecto al pedir a Denis que adaptara Canta la hierba, la primera novela de Doris Lessing,sobre una colona y su empleadonegro en la Rodesia colonial.
A Denis no le interesó, perodecidió desarrollar una historia parecida con la complicidad de la novelista MarieNDiaye, ganadora del premio Goncourt con Tres mujeres fuertes (El Aleph), conocedora del mismo fenómeno que describe la película, aunque a la inversa. Pese al color de su piel y a su origen senegalés, nació en Francia y se considera plenamente europea, igual que la pálida y pelirroja María se siente africana y nada más. "La película me recuerda a las novelas de J. M. Coetzee, que describen a blancos que creen que ya no hay diferencias entre ellos y las personas a su servicio. Pero sí que las hay. Es sólo que no quieren verlas", opina Huppert.
La actriz suma a Denis a la lista de directores con los que ha conseguido mejor rendimiento interpretativo, encabezada por el fallecido Claude Chabrol "la idea de no volver a rodar con él es muy dolorosa", reconoce y por Michael Haneke, con quien acaba de terminar el rodaje de una película titulada Amour. "Aunque lo parezca, no hay ironía en el título. Habla de la vejez, de la proximidad de una muerte que se acerca con sigilo y se impone con brutalidad. Pero, incluso en ese contexto, subsiste el amor. Cuando la vea, lo entenderá", dice Huppert, apuntando que habrá que esperar "hasta la primavera de 2012".
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