Este artículo se publicó hace 14 años.
"Cuando tienes 50 años te ves como un niño grande"
Fernando Beltrán. Poeta. Fundador del Aula de las Metáforas
El Aula de las Metáforas se inauguró el 29 de febrero de 2004 en Grado (Oviedo). El impulsor de la iniciativa, el poeta Fernando Beltrán, donó su biblioteca poética particular para formar la columna vertebral del proyecto, que hoy cuenta con más de 5.000 volúmenes. Gracias a un convenio firmado entre el Aula y el Institut Ramon Llull, mañana, ese espacio recibirá nuevos inquilinos: 450 libros de poetas catalanes.
7 ¿Por qué una biblioteca de poesía catalana en Asturias?
Cada poeta escribe en su lengua original y esa es la que acaricia. Para aproximarse a su piel hay que leer las palabras que ellos escogieron.
6 ¿El Aula de las Metáforas corre el peligro de ser una torre de marfil?
Podría, pero no. Mi idea de poesía huye de esas torres, estoy más cerca de la calle. Hay muchas definiciones de poesía, pero una de las más exactas es la de Bécquer: "Poesía eres tú". Es un "tú" espejo, que refleja la poesía en sus vasos comunicantes. Por eso organizamos recitales, conciertos...
5 ¿Cuál fue el primer autor catalán que leyó?
A Gabriel Ferrater en una edición bilingüe; tenía 20 años y quedé fascinado. También me han influido Joan Vinyoli, Carner, J. V Foix, y Joan Brossa a quien tuve el honor de conocer y admirar. Aunque los primeros libros de poesía que compré fueron los de Pedro Salinas, Razón de amor y La voz a ti debida. Luego llegó Vallejo, que me rompió por dentro.
4 A punto de terminar el volumen de su obra poética completa, ¿recuerda cuándo supo que se dedicaría a los versos?
A los 17 decidí que no sería abogado como mi padre. Desde entonces me dedico a la poesía. Para comer y seguir escribiendo invento cosas.
3 En España es uno de los pioneros de lo que ahora se llama naming.
Sí, aunque yo no lo llamo así, prefiero lo de "creador de nombres".
2 ¿Cuál es la última palabra que ha inventado?
Lloviedo. A los nueve dejé Oviedo y me fui a Madrid con las metáforas intactas de la infancia. Los charcos fueron nuestro juguete.
1 ¿Y su juguete actual?
Las palabras. Al principio lo de ser poeta te da pudor, pero cuando tienes 50 años te ves como un niño grande. Sigo teniendo fe en la poesía. Si tenemos alguna obligación es la de empezar la casa por el tejado, pero logrando que el edificio resultante sea un poema.
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