Este artículo se publicó hace 12 años.
No se hacen negocios con el enemigo
Los millones de archivos con derechos de autor alojados en la página eran algo que la industria cultural no podía asumir
El mayor mal al que debe hacer frente la naturaleza humana es el miedo. Lo desconocido y la amenaza que esto supone hacen cometer los mayores desmanes, las más de las veces enarbolando la bandera de la seguridad. En ese caso se encuentra la industria cultural, que no quiere entender internet. Y detrás de ella los gobernantes, que ven cómo la ilusión de control que mantienen sobre la opinión pública se diluye más cada día con el auge de las redes sociales.
El caso Megaupload es claramente un ejemplo de miedo. Los millones de archivos con derechos de autor alojados en la página eran algo que la industria cultural no podía asumir. Pero la irrupción con patada en la puerta y la vulneración de los derechos de millones de usuarios que empleaban el servicio de manera legal van a conseguir, multiplicada, el efecto contrario al que pretenden.
Un principio básico para lograr una venta es esforzarse por caer bien. Maniobras como el caso Megaupload, que conseguirá que miles e personas pierdan sus cuentas, sus archivos y su dinero, alinean a la industria como el enemigo. Aquel que está dispuesto a todo para proteger su modelo marchito y caduco. Y no se hacen negocios con el enemigo.
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