Este artículo se publicó hace 12 años.
El Liceu para máquinas durante dos meses
El emblemático teatro de la ópera de Barcelona se enfrenta al primer ERE de la nueva reforma laboral. Será un paro temporal de dos meses entre marzo y julio
El 27 de febrero, La Bohème llega al Liceu. Se anuncia a bombo y platillo. Pero malos augurios planean sobre esta ópera de Giacomo Puccini. Los trabajadores del Gran Teatro decidieron el viernes empezar una huelga ese día. Es una de las respuestas que dan al expediente de regulación de empleo (ERE) temporal que la empresa anunció el pasado 1 de febrero, se puso en marcha el 14 y que, basándose en la nueva reforma laboral, se cerrará en 15 días, el 29 de febrero.
Los números cantan. La situación del emblemático teatro de la ópera de Barcelona, cuyo presupuesto viene en un 50% de las administraciones públicas, es grave. La cifra clave es 3,7 millones de euros, la cantidad que deja de ingresar esta temporada. De esta, 1,5 millones responden a los recortes de la Generalitat de Catalunya. Los otros 2,2 millones son el lastre de la crisis "La mala gestión, el descenso del mecenazgo, el descenso en las ventas, a pesar de contar con cerca de un 80% de ocupación y de que se ha subido el precio de las entradas", dice Manuel Martínez, presidente del comité de empresa del Liceu y técnico de escenarios. El problema viene de hace unos tres años. "Es significativo que en estos tres últimos años haya habido tres jefes de mecenazgo y marketing. Todo esto quiere decir una cosa: el que contrata lo hace mal".
La ley privatiza los actos suspensivos de las relaciones laborales
La solución que ha encontrado la dirección para ahorrar ese millón y medio de euros es un ERE temporal que dejará en la calle a 363 trabajadores de los 395 que forman la plantilla, entre el 20 de marzo y el 19 de abril, y entre el 5 de junio y el 8 de julio. Caen de la programación tres óperas (Una tragèdia florentina/El nan; El Giravolt de maig; Pelléas et Mélisande), el Ballet de Monte-Carlo, el concierto L'altre Pelléas, el espectáculo de la programación infantil El superbarbero de Sevilla y el recital de Nina Stemme, que estaban programadas para esas fechas.
El "nuevo" ERELa negociación sobre el ERE se cierra el 29 de febrero según la nueva ley. "El periodo de consultas se limita a 15 días para todas las empresas, mientras que con la anterior normativa era de 30 días cuando el número de trabajadores era superior a 50", explica Vidal Aragonés, abogado laboralista del Col·lectiu Ronda, de Barcelona. "Ello puede llegar a tensionar y dificultar unos ya complejos periodos de consultas", sostiene el letrado.
Manuel Martínez: «Que expliquen por qué quieren aplicar el ERE a toda costa»
Otra diferencia respecto de la legislación anterior tiene que ver con lo que ocurrirá después de la negociación: "Ahora se suprime la autorización de la medida por la autoridad laboral, que ya no es quien resuelve sobre el carácter ajustado a derecho o no de la medida", dice Aragonés. "Esto supone que una vez finalizado el periodo de consultas es la propia empresa la que decide unilateralmente sobre el momento en que el trabajador o la trabajadora se situará en suspensión o reducción de contrato". De alguna forma, el acuerdo de las medidas ha pasado de ser titularidad de la Administración, que debía autorizar, a ser un acto propio de la empresa, "privatizándose así los actos suspensivos de relaciones laborales". Los trabajadores y trabajadoras pueden impugnar, posteriormente, la decisión empresarial.
Decepcionados con la gestiónLos directivos han subrayado en más de una ocasión que el comité de empresa y los trabajadores son conscientes de las dificultades. Una de las medidas que han propuesto estos ha sido renunciar a la paga extra de verano sin fecha de devolución. "Eso ahorraría el millón y medio de euros que se dejan de ingresar por parte de la Generalitat por los recortes presupuestarios", explica Francesc Lozano, contrabajista de la orquesta. "Pero no les interesa. Consideran que es un problema estructural y no coyuntural y que sacrificar las pagas extra sería sólo un parche que no solucionaría. ¿Y el ERE que proponen no es coyuntural?, me pregunto yo".
"¿Qué dirige el director de recursos humanos si no hay humanos?"
La propuesta de la empresa fue recortar un 12% los sueldos pero de forma definitiva. Los trabajadores aceptaban el recorte pero de manera temporal, hasta enjugar el déficit. "Y estábamos de acuerdo en pactar la devolución de ese dinero, porque somos flexibles", explica Martínez. "En el fondo, es una decisión más política que de empresa: pues que expliquen claramente por qué quieren aplicar el ERE a toda costa".
Hay 22 personas que no están afectadas por el expediente. Se trata, sobre todo, de jefes de departamento y de empleados del colectivo de administración (que forman unos 120 trabajadores). "Eso es surrealista", dice el director del comité de empresa, no sólo en referencia a los sueldos que puedan cobrar los altos cargos: "¿Qué dirige el director de recursos humanos si no hay humanos en la empresa? ¿O el director técnico si los técnicos estamos en casa porque no hay trabajo?", se pregunta.
El músico Lozano, que lleva 25 años en el Liceu, es optimista. "Soy pasado, presente y futuro del Liceu", dice, asegurando que va a seguir 15 años más, los que le quedan para jubilarse. Quiere comparar dos momentos duros de la historia de la institución: la crisis actual, que empezó en 2010, y el incendio de 1994. "En aquella época se vivía una crisis parecida a esta pero la voluntad política era diferente: todas las partes estuvimos reunidas desde el minuto cero, incluido el delegado del Gobierno. Ahora no ha habido aportaciones positivas por parte de la empresa y sí impositivas", denuncia Lozano.
Josep Valls, del departamento de contabilidad y con más de 20 años en la empresa, considera que el ERE "es un parche que no soluciona nada" y asegura que el origen del problema radica en que "no ha habido una política de gestión" en los últimos años. "Hay que imponer austeridad, desde luego, pero empezando por los de arriba", critica el empleado. No es el único que cree que en los últimos tres años ha habido problemas de gestión y de previsión, porque los recortes anteriores (el Ministerio de Cultura anunció en su día que recortaría el 30% de su aportación a razón de un 10% al año) estaban previstos. Se había llegado al verano de 2010 (cuando el Ministerio anunció esos recortes) con 15 despidos improcedentes, salvados con una indemnización de 45 días por año trabajado, y la crisis supuso 23 despidos objetivos. Los 23 músicos despedidos no han sido sustituidos y Francesc Lozano calcula que desde hace unos cinco años que no se cubren las jubilaciones.
El viernes, el comité de empresa anunció que convocará la huelga el día 27. "Hay diferentes opciones", adelanta Manolo. "Hay trabajadores muy identificados con el público y con los abonados y ven la huelga como última solución. Pero lo que queremos dejar claro es que la huelga se parará si ellos [los directivos de la empresa] quieren".
Miedo a la externalizaciónAlgunos trabajadores son optimistas. Charles Coutrant, violinista de la orquesta, confía en la nogociación y espera que el ERE se suspenda. Otros, como el técnico de maquinaria de escenarios Antonio Falcó, temen que la situación acabe en una externalización de la gran mayoría de los trabajadores. "Que no hay coro, pues se contrata uno para la obra que toque y punto", dice. "Y lo mismo con la orquesta, con los técnicos... Ese es el peligro que yo veo".
A todo esto, el convenio caducó en diciembre de 2008 y sigue abierto desde entonces. "Eso demuestra que la empresa no se ha querido poner en contacto con los trabajadores", dice el presidente del comité. La administrativa Susana Rodríguez está decepcionada. Tanto como sus compañeros: "Lo triste es cómo se ha llegado a esta hoja de ruta en la que no han contado con nosotros. ¡Nos enteramos de la intención del ERE el 12 de enero... por la prensa!".
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