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Actualizado:"El vocabulario convencional de la conyugalidad burguesa no me gusta nada". La cineasta Claire Denis arrasa con los lugares comunes y las ideas fabricadas sobre estructuras patriarcales en su nueva película, Fuego. Tercera colaboración con la actriz Juliette Binoche y película que proyectó el Festival de San Sebastián con motivo de la celebrada entrega del Premio Donostia a la actriz, este filme es la revelación del clásico triángulo amoroso despojado de toda su rancia tradición.
En esta historia las percepciones arcaicas de la 'pobre' mujer dividida entre dos hombres que sufre ante su necesaria e inminente decisión, el concepto de infidelidad, el sentimiento de culpa cristiano, la marca de una relación entre víctima y verdugo, la mujer sumisa… se evaporan como agua en el espacio y despejan el aire a un universo de deseo femenino, "tal vez mejor que el masculino".
Los cuerpos y el deseo
Juliette Binoche es Sara. Conoció a Jean, el mejor amigo del hombre con el que vivía, François, y se hicieron pareja. Se aman desde hace diez años y quieren estar juntos, pero François reaparece inesperadamente en la vida de ambos. Ella siente el fuego de la pasión y decide explorar ese deseo. Jean, por su parte, acepta trabajar de nuevo con su antiguo amigo. Dobles relaciones que desencadenan un descontrol emocional y desatan algunos instintos nocivos.
"El hecho de que una mujer se otorgue un derecho, decida tomar su propio camino, siempre ha existido, la diferencia es que ahora ese derecho 'debe' existir", sentencia Claire Denis, una de las cineastas que mejor ha rodado la intimidad de los cuerpos y el deseo, y que se alzó con esta película con el Oso de Plata a la Mejor Dirección en la pasada edición del Festival de Berlín.
"Un gran corazón"
Adaptación al cine de la novela autobiográfica Un tournant de la vie de Christine Angot, la película es, además, una nueva exhibición de la intensidad emocional de la que es capaz la actriz Juliette Binoche, feliz de colaborar de nuevo con Denis tras Un bello sol interior (2017) y High Life (2018). "Es una directora que tiene un gran corazón –dice- y presta mucha atención a los personajes. Aquí ha intentado proteger el amor de Sara".
"Lo interesante es que ella, Sara, no pide permiso para ser libre porque las mujeres no tenemos que pedir permiso para ser libres. Necesita explorar, el cuerpo es suyo. Es una historia de relaciones perversas, pero la relación entre los dos hombres lo es también, es todo doble y eso también es muy típico".
Derecho a equivocarnos
"Las mujeres tenemos el derecho a equivocarnos, es lo que hacemos los seres humanos, repetimos los errores, pero también tenemos el derecho a hacerlo bien", añade la actriz, que comparte cartel con Grégoire Colin y Vincent Lindon, actores que, como ella, han trabajado en películas anteriores de la cineasta parisina.
Decidida a trabajar fuera de las convenciones machistas, Juliette Binoche, que reconoció sus mayores influencias en Liv Ullman, Anna Magnani y Gena Rowlands, confesó en San Sebastián que mantiene una estrecha relación profesional con Claire Denis, una directora en la que ella confía. "Un director te ayuda a actuar, pero si no confías en ella o en él, trabajas en contra. Cuando hay confianza, el trabajo es luminoso y divertido".
Referentes femeninos dignos
"No me arrepiento de nada", dijo en Donosti la actriz, que reivindicó las películas, como Fuego, en las que los personajes femeninos tienen identidad propia y no son simples herramientas al servicio de los personajes masculinos. Y esa convicción de crear dignos referentes femeninos desde el cine ha construido una carrera excepcional, al lado de grandes autores, como Claire Denis, Krzysztof Kieslowski, Godard, Louis Malle, Haneke, Kore-Eda, Leo Carax, Philip Kaufman, Olivier Assayas, Isabel Coixet, Chantal Akerman, Hou Hsiao-hsien, Kiarostami… y lejos de EE.UU., aunque las ofertas llegaran del mismísimo Steven Spielberg.
Aquí juega a descomponer lo impuesto en las relaciones íntimas y a completar un retrato del deseo femenino desde la humanidad y la igualdad. "El deseo masculino no es malo, pero puede que el deseo femenino sea mejor", afirma la cineasta Claire Denis. Y Juliette Binoche remata: "Detecto perfectamente los tics machistas, hay que huir de ellos en el cine".
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