Cine en medio del mar
De Grecia al Sur del Pacífico, las islas del planeta han servido de escenario a películas de Scorsese, John Ford o Roberto Rossellini, entre otros. Ahora Fernando Trueba añade a la lista 'Isla perdida', un thriller con Matt Dillon y Aida Folch.
Madrid-
"Ambos tenemos un pasado y hemos llegado aquí huyendo de él". Escondidos en una isla griega de aguas cristalinas, Max y Álex (Matt Dillon y Aida Folch) viven una historia de amor que se va empañando por las sospechas y los secretos. En medio del golfo Pagasético, en el mar Egeo, Fernando Trueba encontró el rincón perfecto para rodar su "western acuático" Isla perdida.
"Suspense romántico", el relato es un thriller inspirado en las novelas de Patricia Highsmith, que busca la atmósfera del cine de Hitchcock y que aprovecha códigos del western. Combinado creado desde el guion por el cineasta junto a Rylend Grant, el filme se va oscureciendo hasta el desenlace final…
Un remate mucho menos lúgubre que el que consiguió el gran Martin Scorsese en otra isla maldita, en Shutter Island, en el puerto de Boston. Allí, en el psiquiátrico de Ashecliffe, los federales Edward Teddy Daniels y su compañero Chuck Aule investigaban la desaparición de una paciente que se evaporó de una habitación cerrada. Inquietante y al mismo tiempo deslumbrante, la película exhibía con inmenso talento las paranoias íntimas del protagonista, un tipo que se preguntaba "¿qué sería peor: vivir como un monstruo o morir como un buen hombre?".
En el mar tirreno
La belleza de las islas de medio mundo han servido de paisaje ideal para que el cine las tiñera de horror, de inquietud, de recelos. La luz del Caribe de la Isla de Vieques se nublaba por la barbarie que la invadía. Toda la maldad y la brutalidad del ser humano se extendía por ella en El señor de las moscas (1963), adaptación al cine de la novela del Premio Nobel William Golding, dirigida por Peter Brook.
Atrapada en una isla volcánica en el mar Tirreno vivía su infierno Karin, una joven que, desesperada, aceptaba casarse con un pescador para huir de un campo de concentración. Título emblemático del neorrealismo italiano, Stromboli (1950) es una obra maestra del gran Roberto Rossellini y una película que desató el escándalo del puritano Hollywood.
Durante su rodaje la prensa descubrió que el cineasta e Ingrid Bergman, ambos casados, esperaban un hijo en común. El Vaticano, el público estadounidense y los estudios de cine se aliaron en contra de ellos, especialmente de la actriz, pero no pudieron vencer a esta pareja, que retó al mundo entero con su amor.
En la bahía de San Francisco
La isla de Inisherin, en la bahía de Galway, era el escenario de la tristísima historia de la ruptura entre Pádraic Súilleabháin y Colm Doherty. Almas en pena en Inisherin, película de Martin McDonagh con la que se reencontraban Brendan Gleeson y Colin Farrell, contaba el final de una amistad y el comienzo del dolor y de una pena infinita. Ganadora de tres Globos de Oro, cuatro Premios Bafta, mejor guion y actor en Venecia e innumerables reconocimientos en EEUU, la película se movía entre la comedia y la tragedia y retrataba las zonas más oscuras del orgullo masculino.
El viento y las nubes, siempre grises, que invadían Inishmore, la mayor de las Islas Arán donde se rodó la película, oscurecían sus páramos y empañaban el ánimo de sus vecinos, afectados por lo que ocurría, aunque no tanto como los habitantes involuntarios de la isla de Alcatraz, en la bahía de San Francisco.
De la cárcel de máxima seguridad allí construida intentaba escapar Frank Lee Morris (Clint Eastwood) en enero de 1960. Mientras preparaba su plan de huida, el espectador percibía la rutina de la durísima vida en prisión. Fuga de Alcatraz (1979), de Don Siegel, era una adaptación al cine de la novela de J. Campbell Bruce que se rodó en la isla real, donde la cárcel había desaparecido hacía más de una década.
Escondido en Hawai
La isla Crab Key escondía una perversa organización en Agente 007 contra el Dr. No (Terence Young, (1962), primera película de la serie de James Bond. La isla de Monuriki, en el Océano Pacífico, estaba deshabitada cuando llegó a ella Chuck Noland o Tom Hanks en Náufrago (Robert Zemeckis, 2000). En una isla del río Misisipi, en un barco varado en lo alto de un árbol, se escondía el protagonista (extraordinario Matthew McConaughey) de Mud, la película de Jeff Nichols que en 2012 ganó el Premio Robert Altman.
Isla Calavera es el hogar de Kong en cualquiera de las versiones que se han hecho en el cine. El mapa de la Isla del Esqueleto llegaba a manos del joven Jim Hawkins en 'La isla del tesoro' que rodó Victor Fleming en 1934 sobre el fantástico libro de Stevenson. Y el maestro John Ford huyó de los nuevos aires de Hollywood y se refugió en Hawai para rodar 'La taberna del irlandés' (1963), una comedia estupenda con John Wayne, Lee Marvin y Elizabeth Allen, que dejaba ver la desilusión del cineasta por un mundo que no pudo ser y en la que 'Guns' Donovan (Wayne) rogaba a su amigo 'Boats' Gilhooley que no lanzara las botellas -"¡El brandy no, idiota!"- durante las constantes peleas en esta taberna del Sur del Pacífico.
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