Este artículo se publicó hace 15 años.
Vivir con el miedo a transmitir el cáncer a sus hijas
Una portadora del gen BCRA2 valora el anuncio que permite la selección de embriones libres de la enfermedad
A pesar de que hace cerca de diez años que Elena (nombre ficticio) sabe que es portadora del gen BRCA2 que implica un 70% de riesgo de sufrir cáncer de mama y que existe un 50% de posibilidades de que se lo haya transmitido a cualquiera de sus dos hijas, todavía no les ha pedido que se hagan la prueba. "Me estoy haciendo la remolona, porque es duro hacerse una prueba en la que te puedan decir que pende sobre ti semejante espada de Damocles", comenta.
Es más que probable que las hijas de Elena, ahora adolescentes, se beneficien en el futuro de la decisión que tomó el pasado martes el Ministerio de Sanidad, en caso de haber heredado la mutación: la autorización para seleccionar genéticamente a un embrión libre del gen y así evitar que tenga altísimas posibilidades de padecer un cáncer de mama en una forma especialmente precoz y agresiva. Ellas, como la pareja anónima que logró esta semana la autorización gubernamental tras pedir ayuda a un hospital catalán, podrán tener descendientes sin riesgo de cáncer y sin peligro de transmitírselo a sus futuras hijas.
"Te pueden decir que pende sobre ti una espada de Damocles"Elena considera que usar el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) para evitar el cáncer de mama hereditario "es una manera de parar la enfermedad, un avance total". La niña resultado de esta decisión evitará la rutina con la que ella convive desde que descubrió su condición de portadora. Todo comenzó cuando una de sus cuatro hermanas enfermó de cáncer de mama. Después de que lo hicieran las otras dos, empezó a sospechar que algo tendría que ver con lo sucedido a dos hermanas de su padre.
A partir de entonces, Elena acudió periódicamente a revisiones exhaustivas: mamografías, análisis en busca de marcadores tumorales, resonancia magnética de mamas y abdomen... Lo hizo hasta que decidió someterse a una mastectomía bilateral, es decir, extirparse los dos pechos para prevenir que en ellos se desarrollara un tumor maligno.
Si sus hijas han heredado su mutación, puede que tomen la misma decisión. En cualquier caso, sí tendrán que seguir su rutina de revisiones a partir de los 35 años. Elena las ha preparado con su ejemplo, transmitiendo el mensaje en el que insisten los expertos: que cada vez hay más tratamientos. "Han de saber que el cáncer de mama es una dolencia cuyo manejo sólo puede mejorar", destaca.
No se espera una avalancha de solicitudes porque hay pocos casosPero quienes seguro se librarán de pruebas y angustia serán las nietas de Elena .Ya en su día, ella preguntó por esta posibilidad pero sus médicos fueron tajantes: "Eso se hace para el síndrome de Down, pero no sería ético para esto". El anuncio de la ministra Trinidad Jiménez demuestra que los tiempos han cambiado.
La medida no va a afectar de forma masiva a la población. El número de beneficiarios es mucho menor que el que se podría deducir al escuchar la palabra cáncer, la segunda causa de muerte en España, ya que sólo entre un 5% y un 10% de todos los tumores malignos es hereditario.
Por esta razón, el presidente de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, Augusto Silva, no cree que a partir de ahora haya una avalancha de solicitudes. "No hay tantos casos, pero ojalá podamos resolverlos todos", concluye.
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