Este artículo se publicó hace 14 años.
De la Vega promete luchar por la igualdad en su nuevo cargo
La ex vicepresidenta toma posesión como miembro del Consejo de Estado
"Un día histórico". Así calificó el presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, la toma de posesión de la ex vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como consejera permanente de este órgano constitucional. Ella es la primera mujer que accede a ese puesto en cinco siglos de historia de la institución. Un hito del que quisieron ser testigo numerosos amigos, familiares y ex compañeros de la hasta hace unos días número dos del Ejecutivo.
Más relajada de lo habitual, De la Vega ocupó su sillón de consejera permanente bajo la atenta mirada de su sucesor, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que presidió la ceremonia. Desde allí, la nueva consejera esbozó las líneas que presidirán su actuación en el Consejo de Estado, donde seguirá recorriendo su "parte del camino".
Compromiso ciudadanoEn su opinión, el Consejo de Estado, además de su función consultiva, cumple otra de "compromiso con los ciudadanos". Por ello, los valores que vertebraron buena parte de su discurso fueron la libertad, la igualdad, la justicia y el progreso, junto al deseo de trabajar para que la ciudadanía sea "capaz de construir su bienestar y su felicidad". Firme defensora de la igualdad, De la Vega resaltó la necesidad de "eliminar de forma real y efectiva las murallas de la desigualdad que perviven entre hombre y mujeres", una vez que se ha construido una sociedad en la que "no sólo se garantiza la libertad sino que también se asegura su valor".
El presidente del órgano consultivo del Gobierno, Rubio Llorente, se mostró satisfecho de contar con esta "mujer de Estado" en el seno del consejo. Un término que, según explicó, no se había usado en España. De ella resaltó su lucha por la Igualdad y su activismo en el movimiento feminista. Ahora bien, matizó, su incorporación no es "por ser mujer, pero tampoco a pesar de ello".
Otros valores, vino a decir Rubio Llorente, avalan la presencia de De la Vega en el Consejo de Estado. Entre ellos, "la capacidad de trabajo" demostrada desde que José Luis Rodríguez Zapatero la nombró vicepresidenta primera del Gobierno y le encomendó "buscar soluciones para todos los problemas urgentes". En esta nueva etapa, Rubio Llorente espera que De la Vega ayude a la institución a "elevar nuestro trabajo". Y como "amigo personal" de ella, que este puesto le sirva para darle "una labor más sosegada que la que tenía".
Una sección a la medidaLo cierto es que la ex vicepresidenta se mostró especialmente satisfecha por los cometidos que le han encomendado. Como presidenta de la Sección VII, en sustitución de Miguel Vizcaíno que cesó este verano, De la Vega se ocupará de Educación, Cultura, Sanidad, Política Social e Igualdad.
Estas disciplinas, dijo, "constituyen la base de la concepción positiva del Estado". En el sentido, concretó, de trabajar por lograr una "ciudadanía formada, abierta y saludable física e intelectualmente". E hizo especial hincapié en la educación: "Nuestro progreso como nación será tan equilibrado y llegará tan lejos como llegue nuestro progreso en educación".
De la Vega también puso de relieve la trascendencia de este órgano mediante el cual "el Estado reflexiona sobre si mismo". Entre otros motivos porque, subrayó utilizando unas palabras de Francisco Tomás y Valiente, el Estado es "un invento delicado al que no le convienen las conmociones sísmicas, ni las temperaturas ardientes". La ex vicepresidenta, que puso al Consejo de Estado como ejemplo de "independiencia" y compromiso con el Estado democrático, afirma se este órgano se ha convertido en "los ojos de los gobernantes".
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