Este artículo se publicó hace 17 años.
Una valenciana se convierte en la primera mujer que dirige una entidad islámica en España
La valenciana Amparo Sánchez Rosell se ha convertido en la primera mujer en dirigir una entidad islámica en España, un cargo que, según ha asegurado a Efe, asume como "un reto" y con "mucha ilusión", aunque con "un poco de miedo por la responsabilidad que supone".
Amparo Sánchez, que nació en Valencia y se convirtió al islám en 1996 después de casarse con Rachid, ha sido elegida presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia (CCIV), donde antes ha ejercido los cargos de secretaria (2001-2005) y vicepresidenta (2005-2007).
"Mis objetivos son incrementar la línea de actuación del Centro, que la veo muy acertada, reforzar el papel de la mujer e intentar que los medios de comunicación conozcan mejor a los musulmanes y sus esquemas mentales", ha asegurado.
La nueva presidenta del CCIV ha destacado que el centro ha trabajado, desde su creación en 1992, en la integración de los musulmanes en la sociedad valenciana. "Hemos pretendido que los musulmanes sean miembros de la sociedad en la que viven, que participen en la misma de forma activa y enriquecedora".
También ha destacado a EFE la necesidad de que la sociedad española "nos reconozca como somos y no nos vean como una amenaza o como bichos raros. Somos unos ciudadanos más y podemos aportar cosas muy buenas".
Respecto a la polémica sobre el uso del velo por la mujer islámica, Amparo Sánchez ha afirmado que la mujer "es un ser humano completo y perfectamente capacitado y hay que respetar sus decisiones, nos guste más o menos".
"Siempre que esa decisión no sea un riesgo o una amenaza para la sociedad o para ella misma hay que respetarla", ha afirmado Sánchez, quien ha agregado que todos "tenemos que asumir que las mujeres somos seres humanos y perfectamente capacitados para tomar decisiones. Queremos que se nos respete y no que se nos prohíba".
Una de las reivindicaciones del colectivo musulmán es la integración de la religión islámica en los colegios, y al respecto Amparo Sánchez ha considerado que es "lógico que cuando hay enseñanzas de una religión haya de todas".
No obstante, ha precisado que antes de adoptar una postura al respecto le gustaría conocer la situación real de demanda y de oferta de personas que pueden impartir las clases de religión, algo que depende, dijo, del convenio marco del 92 de la comisión islámica.
Amparo Sánchez ha asegurado que si recibe críticas por el hecho de ser la primera y única mujer que dirige un centro islámico en Valencia las asumirá con "buen humor y con paciencia. Si me critican sin motivo no me afecta, y si lo hacen con motivo intento mejorar".
Sánchez ha indicado que ahora tendrá un plazo de un mes para preparar un programa y una previsión de presupuesto para presentarlo a la asamblea general del centro.
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