Este artículo se publicó hace 15 años.
Los usuarios de Internet en China miran con recelo al Gobierno
Además de estar bajo presión para crear más empleos y generar crecimiento mientras se debilita su poder absoluto, el Partido Comunista chino se enfrenta a un problema ahora que los usuarios de Internet están empeñados en exponer las conductas cuestionables de sus miembros.
Un par de tickets de un karaoke supuso a principios de este mes la última denuncia en Internet de la corrupción del Gobierno, lo que puso fin a la carrera de un burócrata de Liuyang, en la sureña provincia de Hunan.
Escaneados y subidos a la red por un navegador anónimo, los tickets incluían casi 7.000 dólares (unos 5.300 millones de euros) en cenas, masajes y otros servicios, lo que instó a los usuarios de Internet a cuestionar cómo un empleado público de un organismo supervisor de medios locales podía afrontar los gastos con su escaso salario gubernamental.
El escándalo de Liuyang fue parte de una cadena de altercados mediáticos de los últimos meses, generados por la exposición de nombres de funcionarios en Internet que disfrutan de lujosas vacaciones en el extranjero bajo el nombre de viajes "de estudio", o que son fotografiados con relojes muy ostentosos.
Ya que los medios controlados por el Estado chino a menudo se niegan a informar y los supervisores designados por el partido están involucrados en los escándalos, los usuarios de Internet en China se han propuesto dejar en evidencia la corrupción.
"Hay una sensación de que el Gobierno central ha perdido el control sobre los funcionarios a nivel de condado y de ciudad en varios lugares", dijo Rebecca McKinnon, una experta en Internet de la Universidad de Hong Kong.
"Tenemos la crisis financiera y mucha gente preocupada por la corrupción y por cómo se manejan las finanzas del país", agregó McKinnon.
"Este es claramente un año políticamente muy sensible (...) Tenemos todo tipo de razones por las que el Gobierno podría sentirse nervioso", manifestó McKinnon.
La crisis financiera global produjo una caída la economía China y dejó a cerca de 20 millones de trabajadores sin empleo, a la vez que aumentan los temores por revueltas sociales.
Como siempre, el Gobierno ha intentado contener las peticiones de reforma política, lanzando en enero duras medidas contra la pornografía en Internet y de paso cancelando sitios de opinión donde existía un debate demasiado crítico.
La campaña de represión, junto con la detención de disidentes que pedían reformas democráticas en una petición que circulaba por Internet, no ha logrado silenciar los foros de opinión cibernéticos.
¿UNA BATALLA PERDIDA?
Con una cifra estimada de 3.000 webs nuevas creadas diariamente en Internet y más de seis millones de usuarios nuevos al mes, el Gobierno lleva una batalla perdida para silenciar el contenido indeseable, según los analistas.
Aunque la vigilancia sobre la red en China sigue siendo dominante, el flujo de nuevos suscriptores está forzando gradualmente al Gobierno a cambiar el rumbo.
Antes de la reunión anual del Parlamento el mes pasado, el primer ministro, Wen Jiabao, habló por Internet con los usuarios, contestando a consultas moderadas sobre la crisis financiera global, precios inmobiliarios, la salud y supervisión del Gobierno.
El compromiso de los líderes chinos con los usuarios de Internet y el estímulo de su supervisión sobre las funciones gubernamentales es un desarrollo positivo, según Hu Xingdou, profesor de economía del Instituto de Tecnología de Pekín.
"La actitud del Gobierno tiene dos aspectos: seguirá tomando medidas más severas contra los disidentes, pero tolerará las opiniones de gente que usa Internet", sostuvo.
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