Este artículo se publicó hace 15 años.
La UE quiere más sanciones en las normas presupuestarias
La Comisión Europea propuso el miércoles nuevas sanciones para asegurar el cumplimiento de las normas presupuestarias de la Unión Europea y pidió que los presupuestos nacionales sean coordinados con Bruselas antes de ser sometidos a votación en los parlamentos nacionales.
Francia y Alemania recibieron con beneplácito la dirección general de las propuestas, pero destacaron también que la soberanía de los parlamentos nacionales se mantendría intacta.
Al dar a conocer sus propuestas para fortalecer la cooperación económica entre los Veintisiete tras la crisis fiscal de Grecia, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo que los estados miembros deberían tener incentivos para cumplir sus objetivos fiscales.
"Seamos claros, sin sanciones no habrá suficiente credibilidad", dijo el portugués en una conferencia de prensa.
Según las normas de la UE, los déficits presupuestarios no deben superar el 3,0 por ciento del Producto Interior Bruto y la deuda no debe superar el 60 por ciento del PIB. Pero este año sólo tres países cumplirían con la norma para el déficit y 13 lo harían con relación a la deuda.
Esto ha generado dudas en los mercados financieros sobre la credibilidad de las normas presupuestarias de la UE y ha llevado al alza los costes de endeudamiento en varios países, incrementando los temores a una crisis en la deuda soberana.
Las normas presupuestarias, incluidas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, fueron revisadas en 2005, pero la tendencia entonces fue hacerlas más amables para los países que las quebraran. Esto se debió a que la revisión de las normas entonces se produjo después de que Alemania y Francia no lograran cumplir los estándares y rechazaran aceptar medidas disciplinarias más estrictas para ellos.
Las normas aún carecen de la amenaza de sanciones duras para compensar el coste político de aplicar duras medidas de control fiscal.
"Debemos reconocer las deficiencias. La presión de los colegas no es fuerte, los buenos tiempos no fueron aprovechados (...) y los desequilibrios macroeconómicos fueron ignorados", dijo el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Olli Rehn, en la conferencia de prensa.
Rehn y Durao Barroso se esforzaron en dejar claro que sólo estaban hablando de una coordinación más estrecha en la política presupuestaria, no del derecho a veto. Ambos consideran esto como una ocasión de reforzar la coordinación de las políticas económicas y la disciplina fiscal en Europa, recuperando la confianza de mercados y consumidores
Al mismo tiempo, en una entrevista con Reuters Televisión, Rehn buscó dejar claro que no apoya crear una ley que permitiría la expulsión de un país miembro de la zona euro.
"No, no estamos a favor de introducir un nuevo artículo al tratado sobre una salida forzada del euro. Eso no está en la agenda y no ocurrirá", sostuvo.
La idea de expulsar del euro a un país que viole reiteradamente las reglas presupuestarias comunitarias, como Grecia, ha sido insinuada por la canciller alemana, Angela Merkel.
REACCION DE FRANCIA Y ALEMANIA
París y Berlín recibieron con agrado las propuestas de la Comisión y Merkel dijo que apuntaban en la dirección correcta y que no hay nada de malo en que Bruselas quiera tener una mirada preliminar a los planes nacionales de presupuesto.
El portavoz del Gobierno francés, Luc Chatel, dijo que París respalda una mejoría en la coordinación fiscal y presupuestaria, pero añadió: "Es el Parlamento el que vota los presupuestos nacionales, no es la Comisión Europea la que vota el presupuesto de Francia".
Por su parte, el vicecanciller alemán, Guido Westerwelle, dijo que la política presupuestaria es parte de los derechos fundamentales de los parlamentos nacionales.
Los mercados financieros ya han castigado a varios países de la zona euro, elevando con fuerza el coste de endeudamiento para estos, o rechazando emitir préstamos, como el caso de Grecia, después de que el país rompiera las normas presupuestarias de la UE reiteradamente y manipulara sus estadísticas.
Ante los temores de que la crisis fiscal griega pudiera propagarse a las España y Portugal, autoridades europeas establecieron un paquete de rescate de 750.000 millones de euros para reasegurar a los mercados que los países de la zona euro cumplirán sus obligaciones financieras. Pero la crisis griega mostró que los mecanismos actuales dentro de las normas de presupuesto de la UE son insuficientes para hacer cumplir la disciplina fiscal.
La Comisión propuso que los países que no avancen hacia presupuestos equilibrados o con superávits cuando el crecimiento económico esté por encima del potencial deberían fijar depósitos a interés ante la Comisión que podrían ser usados como multas si el país rompe las normas presupuestarias.
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