Este artículo se publicó hace 16 años.
Trece detenidos en una operación contra una red prostitución en la C-35 y en la N-II en Girona
Los Mossos d'Esquadra han detenido a trece personas en una operación que ha permitido desarticular una red de proxenetas que supuestamente controlaba la prostitución de pie de carretera en la C-35 y en dos tramos de la N-II, en ambos casos en Girona.
Según ha informado hoy la policía catalana, los detenidos tenían su centro de operaciones en Lloret de Mar (Girona) y al parecer coaccionaban y amenazaban a las mujeres que se dedicaban a la prostitución para que trabajaran para su organización en unas condiciones "penosas e insalubres".
Al parecer, según los Mossos, los miembros de la red desarticulada, la mayoría de origen búlgaro, obligaron a una de las mujeres a ejercer la prostitución a pie de carretera durante todo un día cuando estaba embarazada de siete meses.
Además, si alguna mujer ofrecía bajo rendimiento o intentaba quedarse parte de los beneficios obtenidos a través de los servicios sexuales prestados, los proxenetas las maltrataban físicamente.
Según los Mossos, los miembros de esta red están involucrados además en el tiroteo registrado el pasado 26 de febrero en una gasolinera de Vidreres (Girona), en el que una persona resultó herida con arma de fuego en una disputa territorial entre este grupo y otra banda de proxenetas.
Los tres supuestos jefes de la organización desarticulada, Hristo Rumen R., de 34 años, Emil A., de 23 años, y Adriyan A., de 25 años, todos ellos búlgaros, ya han ingresado en prisión por orden judicial, mientras que los otros diez detenidos han quedado en libertad con la obligación de presentarse una vez a la semana al juzgado.
La operación en contra de este grupo dedicado supuestamente a la explotación sexual de mujeres a través de la violencia y la coacción ha estado dirigida por el juzgado de instrucción número 1 de Santa Coloma de Farners (Girona) y se llevó a cabo el pasado miércoles.
En concreto, la red centraba su actividad en la prostitución de carretera y ejercía un control sobre una veintena de prostitutas que se ubicaban principalmente en la C-35, a la altura de los municipios de Vidreres, Hostalric, Sant Celoni, Gualba y Sant Feliu de Buixalleu, y en la N-II, a la altura de Figueres y Vilademuls.
El grupo estaba integrada por 19 proxenetas, de los que trece han sido detenidos, cuatro han logrado huir al extranjero y otros dos todavía están siendo buscados por los Mossos, por lo que la operación sigue abierta y no se descartan más detenciones.
Los arrestados, que coaccionaban a las familias de las prostitutas en sus países de origen para evitar que les denunciaran, están acusados de un delito de asociación ilícita, delitos contra el derecho de los trabajadores y falsificación documental.
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