"Tenemos miedo a ver la Guerra Civil real"

La última batalla de la Guerra Civil, perpetrada en el frente de Madrid, la ganó el bando de la República. Tuvo lugar entre el 8 y el 9 de marzo de 1939. Durante una investigación, el periodista Pedro del Corral encontró la información que documentaba la refriega y decidió convertirla en novela. Así nació La ciudad de arena (El Aleph).

Aparte de esta novela, también ha escrito varios ensayos sobre la Guerra Civil. ¿Por qué le interesa?

Por los hechos cotidianos. Lo que más me interesa son los recuerdos que todavía se pueden encontrar en los frentes de batalla. A ras de suelo todavía hay cascos, municiones y objetos como los tinteros con los que los soldados escribían sus cartas. En el Jarama o en Teruel están las trincheras. Si vas allí parece que los soldados se acaban de ir hace una hora.

Es una visión doméstica.

"En lo último en lo que pensaban los soldados era en Franco o Azaña"

Es que ha primado la visión épica, heroica y comprometida de la guerra, cuando en realidad es la guerra del siglo XX que más desertores tuvo. Entre los dos bandos combatieron dos millones de personas, de los cuales el 90% fueron forzosos. Pero es que también hubo otros dos millones que hicieron todo lo posible por no ir a la guerra. Y nadie habla de que en la batalla de Teruel, los soldados iban en alpargatas a 20 grados bajo cero.

¿Tenemos la guerra demasiado teorizada?

También hace falta la teoría, pero es verdad que hay que tener en cuenta que en realidad los grandes protagonistas fueron las personas de a pie que se dieron de bruces con una situación inesperada.

"La dictadura hizo mala memoria, el peligro es hacer ahora lo mismo"

Su novela transcurre en Madrid. ¿Quedan hoy heridas de la guerra?

Muchas. El edificio de Correos, en Cibeles, tiene toda la fachada llena de mordiscos de metralla. Si se focaliza la mirada, Madrid es todavía la ciudad que vieron nuestros abuelos.

Y entre los madrileños, ¿también quedan heridas?

Sufrir pasa, haber sufrido, no. Todos los que vivieron la guerra tienen la tragedia en su interior. Pero no se puede hacer una jerarquía del sufrimiento.

Eso lo dicen los intelectuales de derechas: el sufrimiento está en los dos bandos.

Es verdad que en la guerra se sufrió en los dos bandos, pero los republicanos también tuvieron que sufrir la posguerra y la dictadura. Eso es un sufrimiento mayor.

Se dice que la Guerra Civil fue la última guerra en la que se combatió por ideales. Usted lo niega.

Los españoles hemos tapado la vergüenza de la guerra pintándola bonita. Eso empezó con todo el cartelismo franquista y después duró 40 años. Tenemos miedo a ver la guerra real. La realidad es que los personajes entregados e idealistas no fueron los predominantes. En lo último en lo que pensaban los combatientes era en Franco o en Azaña.

¿Estamos haciendo buena memoria?

La dictadura hizo muy mala memoria porque se olvidó de los horrores y exaltó su causa. El peligro es que la democracia ahora haga lo mismo.

¿Qué le parece la apertura de las fosas?

Es un movimiento de los nietos. El problema es que cuando ha caído en manos de los políticos, se ha desbarajustado.