Este artículo se publicó hace 15 años.
No te preocupes, ya es viernes de estrenos
Bernal y Diego Luna, juntos de nuevo por al amor al fútbol, se verán las caras en la cartelera con Clive Owen y Naomi Watts, que se juegan el tipo en un drama de corrupción bancaria
RUDO Y CURSI, por Rubén Romero
Al final va a resultar que, como sostienen muchos acerca de Ridley y Tony Scott, el bueno va a ser el tapado, el hermano pequeño. Si con Y tu mamá también, Alfonso Cuarón se puso serio para darnos su visión de turista con pulserita "todo incluido" de México, el debutante Carlos, sin tanta ambición, se acerca bastante más a la realidad mexicana con su particular Oliver y Benji.
Rudo y Cursi son dos hermanos futboleros que luchan por salir de la miseria. En México, el deporte rey lo es también en falta de valores: fama efímera, corazón de saldo, y mercadeo al más puro estilo esclavista por parte de los intermediarios deportivos. El videoclip Quiero que me quieras, de García Bernal, es desopilante y debería hacer pensar a Almodóvar cómo pudo desperdiciar su talento de tal manera en La mala educación. Aunque probablemente el que se lleve todos los aplausos sea el argentino Guillermo Francella como narrador y agente de futbolistas. Rudo y Cursi carece de ambición artística, pero le sobra entretenimiento.
El Reparto
Es la primera vez que Diego Luna y García Bernal vuelven a verse las caras después de Y tu mamá también. El responsable de la reunión es la productora Cha Cha Cha, creada por Alfonso Cuarón, Guillermo Del Toro y Alejandro González Iñárritu, los Tres amigos del cine mexicano. En su país, Rudo y Cursi acabó en los primeros puestos del año en la taquilla de 2008. Además, Quiero que me quieras, el tema interpretado por García Bernal, ha sido número uno de descargas en México.
25 KILATES, por Gonzalo de Pedro
En Francia tienen una expresión magnífica para definir esas películas que se estancan en terrenos de nadie, que no aspiran a perdurar pero que tampoco son definitivamente comerciales: es el "cine de en medio". En la situación del cine español, sólo dos caminos pueden sacarle de su permanente condición de eterno "cine de en medio": el género puro y duro, y el cine más radical.
El debut del navarro Patxi Amézcua apuesta por la primera opción y lo hace con las cartas boca arriba y asumiendo sus limitaciones (narrativas, actorales) para construir un thriller modesto sobre la delincuencia que se beneficia de un rodaje apresurado y en digital. Amézcua confía en un guión de hierro, pero también en la potencia silenciosa de sus actores. Porque lo que sobresale, por encima de la acción, es un duro retrato de la marginalidad.
El guión
Amézcua es un guionista (otro) que no quiere ser director y que, casi a la fuerza, se ve obligado a abandonar su escritorio y ponerse detrás de la cámara para sacar adelante su proyecto. Un guionista que para su debut elige la (aparente) protección del género puro. Un guionista que, pese a lo que se estila en este paisaje, es capaz de trascender sus propios textos y construir un relato en el que el guión no es un lastre sino un pie de arranque, en el que los diálogos no se imponen a los personajes, y estos funcionan con silencios y cuerpos, y no
sólo letra a letra.
THE INTERNATIONAL, por Pablo G.Polite
Tom Tykwer regresa con una trama de corrupción bancaria en plena crisis económica mundial. Para desarrollar la historia, el director de ‘El Perfume' ha contado con dos estrellas con tirón: Clive Owen y Naomi Watts. El primero es un agente de la Interpol; la segunda, una ayudante del fiscal de Manhattan. Ambos descubren que un poderoso banco se lucra realizando actividades ilegales que alguien debería sacar a la luz. Así, la pareja arriesga el pellejo para denunciar a la entidad, empeñada en ocultar sus chanchullos.
The International: Dinero en la sombra se inspira en hechos reales: la caída del Banco Internacional de Crédito y Comercio, fundado en Karachi, Pakistán, en los años 70. En la película, hay dos líneas claras que ordenan el material expuesto. La primera, la más evidente, nos cuenta en clave de suspense la historia de este grupo bancario internacional que, entre otras cosas, se encarga de ayudar económicamente a organizaciones terroristas y financiar conflictos bélicos. La otra línea, menos clara pero no menos importante, narra las sombras existenciales del protagonista, Clive Owen, en su batalla quijotesca contra las tramas conspiratorias de la poderosa y corrupta entidad financiera. A partir de estas dos premisas, Tom Tykwer recoge el testigo de los thrillers políticos de los 70 y construye un entretenido artefacto con momentos notables, como la secuencia del tiroteo en el interior del Guggenheim de Nueva York, un prodigio de planificación y puesta en escena, al alcance de muy pocos cineastas.
Comentario
Más allá de su aportación artística, el principal objetivo de Tom Tykwer (Corre Lola, corre) es darle una vuelta de tuerca al muy manoseado género del ‘thriller'. Y aunque el resultado lleva impresos algunos de sus rasgos autorales, ni siquiera la telaraña argumental atiborrada de trampas consigue camuflar los agujeros y trompicones de un guión poco dado, la verdad, a la innovación o a la sorpresa. Con mayor o menor acierto, el espectador intuye con demasiada facilidad el desarrollo de la historia así como los obstáculos a los que el protagonista debe hacer frente, desde el esperanzador arranque de la película hasta su abrupto final, un giro de guión tan intempestivo como desconcertante y que flirtea no se sabe muy bien si con la genialidad o con el ridículo.
LIVERPOOL, por Eulàlia Iglesias
"Qué extraño camino he tenido que tomar para llegar hasta ti", certificaba el protagonista de Pickpocket (Robert Bresson), tras encontrar a esa muchacha que siempre había estado allí sin que él se diera cuenta. En Liverpool, un marinero regresa a su pueblo natal, en la Patagonia, en busca de su madre. Sin embargo, no sabemos si hay algo que encontrar. Su recorrido es similar al del personaje de Los muertos, del mismo director.
En esa película, Alonso retrata a un hombre solitario pegado a un paisaje porque quizá no exista un contexto humano en el que encaje. Liverpool es, sobre todo, el extraño camino que emprende Alonso, que se acaba percatando de que puede llegar a una forma de hacer cine diferente a la que había practicado hasta ahora.
El director
Alonso se ha convertido en el epónimo de ese otro cine argentino. Saltó al circuito internacional cuando su ópera prima, La libertad, se proyectó en la Quincena de Realizadores de Cannes. La libertad se centraba en la cotidianeidad de un leñador que trabaja y vive casi aislado del resto del mundo. En Los muertos, Alonso volvió a seguir a un hombre en su convivencia con la naturaleza pero con nuevos elementos narrativos. Cerró la trilogía con Fantasmas. Liverpool es su cuarta película y la primera que se estrena en nuestras carteleras.
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