Este artículo se publicó hace 12 años.
Hasta siempre, Gregorio
El pasado jueves estuve visitando a Gregorio en la uvi. Como el tiempo de visitas es tasado en dicha unidad hospitalaria, no pude estar más que diez minutos, cedidos generosamente por su hijo y hermanas. Fueron suficientes para darme cuenta de que estaba completamente al día de la realidad política y social de nuestro país.
Varios periódicos nacionales en su mesilla y algunos regionales demostraban que su interés por la realidad política y social seguía intacta, aun en circunstancias personales tan complicadas.
Estaba contento con la intervención de Alfredo Pérez Rubalcaba ese día en el Congreso de los Diputados. Había recibido información precisa sobre la misma y creía que había acertado con el tono adecuado de oposición. Me pidió que le trasmitiera su felicitación.
Nada me hizo pensar que sería nuestro último encuentro. Su fallecimiento repentino a todos los suyos pilló de improviso, pese a las dificultades que aconsejaron su internamiento. A su hijo y hermanas, por supuesto, pero también a Elías Díaz, colega universitario y compañero de tantas cosas incluido el verano en el oriente de Asturias.
El verano en Ribadesella no será lo mismo sin sus partidas de dominóA Virgilio Zapatero, con el que compartió universidad y militancia política. Y sobre todo a Luis Gutiérrez Díez, su compañero del alma en todo lo que no fuera el dominó. Las tardes de verano en Ribadesella no serán lo mismo sin sus diarias partidas, de rivalidad sin tregua, en el Gran Hotel del Sella.
En torno a esa partida ordenaba su veraneo. Lecturas, charlas con amigos y compañeros, comidas para retomar viejos lazos de afecto o tejer nuevas complicidades personales... De todo ello había, pero hasta que comenzaba la partida vespertina. Momento sagrado que respetaban escrupulosamente el resto de actividades.
Le encantaba reunir a muchos de los que lo apreciábamos en Asturias y Valladolid (por donde fue diputado) en una misma comida anual. Se convirtió en un momento memorable para todos. Tanto él como Luis demostraron ser siempre anfitriones atentos, hospitalarios y conversadores amenos.
Allí le oí la anécdota que explicaba la razón profunda de su acendrado madridismo. Su padre, juez represaliado por el franquismo, al salir de la cárcel lo primero que hizo fue matricularlo en el Liceo Francés y hacerlo socio del Real Madrid.
Madridista confeso, si no compartías su militancia futbolística, mejor ni hablarSiempre fue un madridista confeso y acérrimo. De fútbol, si no compartías su militancia, mejor ni hablar. Y los partidos, en el Bernabéu. Se opuso con tanta claridad como contundencia al traslado del campo cuando se insinuó tal posibilidad y tengo para mí que su artículo, oponiéndose, en la página tres de ABC contribuyó, en buena medida, a que dicha idea pasara a mejor vida.
Su talla como hombre de Estado no debiera ser discutida por nadie a estas alturas. Su contribución en la redacción de la actual Constitución. Su etapa en la Presidencia del Congreso, cuya elección no contó con ningún voto en contra. Su magisterio cómo profesor de filosofía política en las aulas y en las Casas del Pueblo. Su vuelta a la actividad institucional solo para ponerse al servicio de las víctimas del terrorismo. Todo ello lo demuestra y ratifica.
Y es que pocas cosas de los asuntos públicos le fueron ajenos. Ni el actual PSOE ni el sistema autonómico español, por poner solo dos ejemplos, pueden entenderse sin sus aportaciones.
Peces-Barba era un un conversador ameno y un anfitrión atento y hospitalarioLe correspondió, junto al Martín Villa de la UCD, configurar definitivamente el mapa autonómico español. Contaba lo mucho que le costó convencer al primer presidente autonómico asturiano, Rafael Fernández, de que Asturias debería ser una comunidad uniprovincial y que no existía apoyo para un nuevo Consejo Soberano de Asturias y León, del que Rafael había sido consejero de Hacienda cuarenta años antes.
Gracias, Gregorio. Por todo el afecto que recibimos de ti. Por tu magisterio tan universitario como popular. Por tu talante y cercanía. Y sobre todo por tu ejemplo como socialista íntegro y hombre cabal.
Gracias y ¡hasta siempre!
* Antonio Trevín Lombán es diputado socialista por Asturias
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