Un hombre y una mujer entraron a la 1.30 h de la madrugada al hotel —y restaurante— Atrio de Cáceres, famoso en la ciudad por contar, entre otras cosas, con dos estrellas Michelín y tres Soles Repsol. La pareja pidió algo de cenar pero a esas horas de la noche la cocina ya estaba cerrada. A pesar de eso, el recepcionista, inundado del afán por tratar bien a los clientes que caracteriza al hotel, abandonó su puesto para ver si al menos se podía preparar una ensalada a los huéspedes. Fue en ese momento de despiste en el que se inició un robo millionario.

El hotel Atrio cuenta con una de las mejores bodegas del mundo. Los ladrones aprovecharon que nadie vigilaba las cámaras de seguridad para abrir las puertas utilizado sofisticados dispositivos electrónicos. En cuatro horas consiguieron llevarse 45 botellas valoradas en cientos de miles de euros.

Tal y como cuenta a EFE uno de los dueños del hotel, José Polo, los ladrones se llevaron 38 botellas de Romanée Conti —valoradas en 12.000 euros cada una—, así como 7 botellas de Chateau d´Yquem. Una de estas últimas era la joya de la corona: el Chateau d´Yquem de 1806, valorado en 350.000 euros. La suma de estas botellas, desconociendo el precio de siete de ellas, asciende a los 806.000 euros.

En carta de vinos de Atrio, que cuenta con casi con 400 páginas, aparece esta botella recorchada en 2001. "Yo la tenía a un precio de 350.000 euros en la carta, pero realmente nunca la vendería. Es parte de la historia de esta casa, de la historia de Cáceres; nosotros solo éramos los depositarios", asegura Polo a EFE.

¿Pero cómo pudo una pareja llevarse tantas botellas de vino sin que nadie lo notase? Los dueños de Atrio creen que el robo fue por encargo, ya que tal y como han contado al diario extremeño Hoy, "sabían perfectamente lo que se llevaban". Solo se sabe que entraton a la 1.30 h y salieron sobre las 5.30 h, cuatro horas después. Sobre la operación, que han calificado como de "una limpieza extraordinaria", no pueden dar más detalles ya que la investigación está en curso.

Hace años, en 2007, el hotel Atrio casi pierde ese mismo Chateau d'Yquem. Unos restauradores estaban cambiado de lugar las botellas de la famosa bodega y la botella se rompió. Guardaron el líquido en una lata y la bodega francesa pudo finalmente volver a embotellarla. Por entonces, la botella estaba valorada en 120.000 euros. Ahora, con un precio que creció más del doble, puede que la botella la hayan perdido para siempre.