Este artículo se publicó hace 15 años.
La Ribot, en los límites del arte
La artista presenta el espectáculo Gustavia en el Festival Escena Contemporánea
"Soy coreógrafa. Así no digo dónde voy, pero sí de dónde vengo". Con esta afirmación, la artista María Ribot (Madrid, 1962), conocida como La Ribot, zanja el eterno dilema sobre cómo clasificar su trabajo, heredero de su formación en danza y basado en el interés por "las artes vivas".
Así, Ribot se desliza con delicadeza y naturalidad por los límites de la danza contemporánea, la performance y el vídeo sin reivindicar sus fronteras, sin gritos desde el otro lado y sin enarbolar la bandera "multidisciplinar". "El arte es impuro por antonomasia y siempre está mirando hacia las otras disciplinas y lugares del pensamiento", señala Ribot a Público, con la expresividad propia de un artista que intenta comprender la vida "desde los ojos de alguien que trabaja con el cuerpo".
Esta creadora, que se reconoce "lenta" durante el proceso de creación, presentó ayer en Madrid Gustavia junto a la coreógrafa francesa Mathilde Monnier, una pieza creada específicamente para el escenario de un teatro, incluida en el Festival Escena Contemporánea, que se podrá ver hasta el día 21 en el Instituto Francés.
En este espectáculo, ambas artistas exploran lo burlesco, elemento que Ribot define como "una forma de hacer competente lo incompetente, de hablar desde la vulnerabilidad y de todo eso hacer un arte". Junto a esta fragilidad, Gustavia retoma otra de las constantes de la obra de La Ribot: la condición femenina. "Lo que más me gusta de este espectáculo es que propone la inestabilidad y la violencia soterrada que vivimos las mujeres en una sociedad patriarcal", destaca.
"El arte es impuro por antonomasia"Además de estos elementos, Gustavia reflexiona sobre el papel social del artista que, para Ribot, debe ser "un personaje en la sociedad que tiene que plantear cuestiones". Respecto a la producción contemporánea, cree que a veces es "críptica"; pero, en su opinión, mientras que para penetrar las artes plásticas y visuales son necesarias "muchas referencias", el disfrute de las artes escénicas es "más generoso".
Arte en el ADNGalardonada con el Premio Nacional de Danza en 2000, esta coreógrafa afirma sin tapujos que no piensa "mucho" en el espectador, sino en el mensaje que quiere transmitir, y ya ha avanzado cuál será su próximo proyecto. Titulado Llámame Mariachi, se trata de un trabajo en vídeo con dos bailarines donde "la película es el cuerpo en movimiento". De esta forma, La Ribot seguirá fiel a su concepción del arte como "necesidad vital".
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