Este artículo se publicó hace 14 años.
Recuperado "El gran Zoo", el bestario que Nicolás Guillén dedicó al mundo
El pasado año se celebró el 20 aniversario de la muerte del poeta cubano Nicolás Guillén, símbolo de la lírica antillana junto con José Martí. Ahora, con este motivo, se recupera en España uno de sus libros más singulares, "El gran zoo", un bestiario irónico y crítico con ilustraciones de Arnal Ballester.
Publicado por Libro del Zorro Rojo, "El gran Zoo" es un objeto libro con unas impresionantes ilustraciones en color que ha dibujado el catalán Arnal Ballerter, Premio Nacional de Ilustración en 2008, y que acompañan a cada uno de estos poemas plagados de humor y que en ocasiones se convierten en fábulas con moraleja.
Unos textos en los que Guillén (Camagüey, 1902-La Habana,1989), cuya vida estuvo marcada por el fuerte compromiso social y político, se torna jovial, irónico y mordaz para construir un zoo como metáfora del mundo. Aunque algunos críticos lo señalan como la metáfora de Cuba y de los cubanos.
Nicolás Guillén, la voz de la poesía negra y mulata, comenzó a escribir los primeros poemas de "El Gran Zoo" en 1958, durante su exilio en Buenos Aires, y los publicó sueltos un año más tarde en la revista "Lunes de Revolución". Finalmente, en 1967 fueron reunidos en un volumen, publicado por el Instituto Cubano del Libro.
Considerada obra clave de la poesía del siglo XX, el propio Guillén dijo que era el vínculo que le unía a las figuras elegidas, amigos, enemigos o conocidos.
Para Selena Millares, en "El Gran Zoo" "se alternan los grandes espacios, el de los agentes del bien y del mal, respectivamente; naturaleza y civilización. El primero identifica un mundo primigenio de inocencia ultrajada que se quiere recuperar, y el segundo, toda una plaga de maldiciones, que habla de represión, racismo y miseria.
Aquí, en este libro, Guillén da también forma de animal al hambre y la mete entre las rejas de este zoo para decir y gritar: "Ésta es el hambre. Un animal/todo colmillo y ojo/No se harta en una mesa/Nadie lo engaña ni distrae/No se contenta con un almuerzo o una cena/Anuncia siempre sangre/Ruge como león, aprieta como boa/piensa como persona/No acercarse".
Poemas, todos ellos, a los que acompaña los trazos potentes y expresivos de Arnal Balleter en estampas que aúnan belleza y crítica social.
Un libro que el propio Guillén define así: "Estos son, señoras y señores, señoritas, niños, viejos, jóvenes y paseantes, éstos son los poemas del Gran Zoo, en que las bestias no son animales, sino lo que enseguida verá la audiencia y que yo iré mentando para que resuenen con la voz que les pertenece: montañas, ríos, nubes, cánceres, kukux klanes, usureros..."
El poeta y abogado Nicolás Guillén, hijo de padres mulatos, desde muy joven mostró su inclinación por el periodismo y la tipografía. Y además de defender y dar voz a la poesía afrocubana, pasó por una primera etapa romanticismo y modernista y para después dejarse llevar por su influencia y profunda admiración por los escritores del Siglo de Oro español, sobre todo por Cervantes, Góngora y Quevedo, y por Rubén Darío.
Viajero eterno, Guillén estuvo en España durante la Guerra Civil, combatiendo en las filas republicanas.
Considerado el Poeta Nacional de Cuba, entre sus obras destacan "Motivos del son", "La rueda dentada", "Por el mar de las Antillas anda un barco de papel" o "Música de cámara". Traducido a números idiomas, entre otros galardones es Premio Viareggio", Jrísto Botev de la República de Bulgaría, Nacional de Literatura de Cuba o Internacional de Poesía Asan.
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