Este artículo se publicó hace 15 años.
Rajoy abandera un nuevo reformismo ante la "ideología de alquiler por horas" del Gobierno
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha apostado hoy por "renovar el reformismo" del que hace gala su partido para llegar a cada vez más ciudadanos, y así, minar a un Gobierno instalado en el "paroxismo" por su "volatilidad política" y en "una ideología de alquiler por horas".
Ausente en su discurso el "caso Gürtel", el líder del PP ha evitado cualquier pregunta de los periodistas sobre los "suficientes indicios racionales" de que el presidente valenciano, Francisco Camps, haya cometido un delito de cohecho. O sobre el papel de su tesorero, Luis Bárcenas.
En la clausura del campus de verano de FAES, Rajoy se ha encontrado con su antecesor, José María Aznar, y ambos han departido amigablemente a la vista de los periodistas minutos antes de la sesión de cierre de los cursos de la Fundación.
Luego, esa sintonía se ha trasladado a las intervenciones de ambos, ya que Aznar ha felicitado a Rajoy por la victoria en las elecciones europeas y después el líder del partido ha devuelto el gesto invitando a FAES y al propio ex presidente del Gobierno a participar en la definición del nuevo reformismo del PP.
Con todo, Aznar ha advertido a Rajoy de que "los éxitos del pasado no garantizan los éxitos del futuro".
El presidente de los populares ha vuelto a firmar un discurso muy crítico con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, del que ha dicho que lleva "un año perdido", que carece de proyecto, que es "imprevisible" y que, al estar en minoría en el Parlamento, "aboca a la economía española a un estancamiento profundo".
Rajoy ha ironizado con esa "geometría variable" en la que el PSOE se mueve en el Congreso. "Ahora, a lo que ha sido siempre un Gobierno en minoría se le califica de geometría variable".
A su juicio, "la volatilidad política de Zapatero ha llegado al paroxismo" porque, y ha citado estos dos ejemplos, primero pacta subir impuestos a las rentas altas y acto seguido lo descarta, o designa a un director del CNI, en alusión a Alberto Saiz, que "un mes después demuestra que no está a la altura".
También ha mencionado el cierre de la central nuclear de Garoña, una cuestión sobre la que el líder del PP ha pedido "un debate exhaustivo" y no "un enfrentamiento infantil entre pronucleares y antinucleares".
En definitiva, ha sentenciado Rajoy, el Gobierno ha demostrado que atesora "una ideología de alquiler" que "incluso alquila por horas" debido a "la ausencia absoluta de un proyecto que vaya más allá de la permanencia en el poder".
Para minar un Gobierno así, el líder del PP ha apostado por renovar el reformismo de su partido "innovando sobre la base" de los valores de siempre de la organización, pues éste es, en su opinión, el medio de "llegar a una sociedad abierta" y de "abrazar un proyecto integrador".
Más a corto plazo, el PP apuntalará su alternativa económica, la línea actual de la política antiterrorista -ha pedido al Gobierno no regresar a "la dirección que se ha demostrado fracasada", la del diálogo con ETA- y su ubicación en "la centralidad", de la que nadie les "moverá", ha señalado Rajoy.
Otro objetivo inmediato del PP consiste en "profundizar en una agenda social innovadora" que además ponga el ojo en las posibles "fracturas sociales" de la crisis económica, y por ello, ha considerado prioritario una "mejor política social" que la que el Gobierno pone en práctica.
En clave interna, el presidente del PP ha dejado claro que el balance del último año "está bien", pero "no es suficiente", y por ello, ha reclamado unidad en su formación para ofrecer "un horizonte de ilusión a los españoles" y propiciar que los ciudadanos sean los "protagonistas" del cambio.
Para ello, ha reclamado "abrir el perímetro de la interlocución" y "abrir las puertas a quienes tengan ilusión, voluntad y talento", y todo ello, para conseguir que el PP "lidere un nuevo tiempo".
Sobre la Presidencia española de la UE, en el primer semestre del año que viene, el líder del PP ha manifestado su ánimo de colaboración con el Ejecutivo, si bien exigirá "una agenda clara y precisa" en la que coincidan los objetivos con las necesidades de los ciudadanos.
Aznar, en su intervención, lanzó una diatriba contra la nueva ley educativa de Cataluña, ya que denota el "sectarismo" de la Generalitat y provocará que no todos los alumnos tengan las mismas oportunidades.
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