Este artículo se publicó hace 13 años.
PSOE y PP pasan por alto que las protestas del 15-M van contra ellos
Los grandes partidos, descolocados por la magnitud de las protestas, intentan seducir a los indignados
"Que la vida iba en serio/ uno lo empieza a comprender más tarde/ como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante", rezan los versos de Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990), tantas veces cantados por Loquillo. Ahora son los jóvenes los que parecen haberlo comprendido antes que los viejos. Y ahora también, cuando se han dado cuenta de que la cosa iba en serio, los dos partidos mayoritarios con más fuerza el PSOE que el PP intentan seducir a los indignados sin querer darse cuenta de que la protesta va contra ellos, contra su forma de hacer política.
Las siglas de uno y otro, junto al Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, la OTAN, la Unión Europea o las agencias de rating, ponen nombre propio a la "infamia" que el Movimiento 15-M asegura estar viviendo. Y una de sus principales reivindicaciones es la modificación de la Ley Electoral para acabar con el bipartidismo con el que PSOE y PP duermen desde hace años a pierna suelta.
Los socialistas temen un trasvase de votos a Izquierda Unida
"La rebeldía, la honestidad, la capacidad de verdad para cambiar está en las filas del PSOE, un partido que ha ido recibiendo a todos los que en algún momento han sido rebeldes", afirmó ayer la consejera socialista de Presidencia, Mar Moreno. "Comprendemos y compartimos que los ciudadanos se echen a la calle, pero donde hay que defender el Estado del bienestar es en las urnas", añadió la secretaria de Organización del PSOE andaluz, Susana Díaz. Votar para propiciar el cambio.
Por y para los ciudadanosPero ¿qué cambio? "No se están enterando de nada; nosotros no proponemos la abstención, ni pedimos el voto para ningún partido, pedimos otra forma de hacer política, una política basada en los ciudadanos, con las propuestas de los ciudadanos", aseguró un portavoz de Democracia Real Ya, la plataforma impulsora de las protestas. Su espíritu está más próximo a partidos independientes y minoritarios. Un ejemplo. La Asamblea Moronera Alternativa (Ama-Morón) nació en 2009 en Morón de la Frontera (28.500 habitantes, Sevilla) con ese objetivo: ser el partido de los ciudadanos que desean impulsar un profundo cambio político.
El PP apunta la teoría de que las concentraciones están manipuladas
"Creemos que es posible otra forma de hacer política para reformar el sistema democrático desde la base (...) Funcionamos a través de una organización asamblearia (...) No se trata de vencer, sino de convencer", dice su tarjeta de presentación en www.amamoron.org. No tienen presidente, ni secretario general... "Todos somos líderes de nuestras ideas y todas las ideas son necesarias", añaden. Y parafraseando a José Luis Sampedro, el grupo defiende la propiedad y dirección pública de los medios de producción porque esa "es la verdadera democracia". Estas son las primeras elecciones a la que se presentan en un pueblo donde desde hace más de 20 años ha gobernado el PSOE o el PP.
Quien sí parece tenerlo más claro es el alcalde socialista de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez: "Hay que ser humilde y reconocer que algo no hemos hecho bien los políticos cuando tanta gente protesta con razón". Desde su pueblo, ha adelantado a muchos por la izquierda con propuestas participativas. "¿Quieres votar un nuevo espíritu de la Navidad?", preguntó a sus vecinos a través de su blog para destinar el dinero del alumbrado a contratar a parados.
DesconciertoLos más descolocados y preocupados son por supuesto los socialistas, que, por si no tenían bastante con su propia sequía, temen ahora un trasvase de votos a IU. "El PSOE, un capullo marchito, y el PP, una gaviota cagona, tienen miedo a este movimiento; mientras que para nosotros, todo lo que signifique impulsos de transformación, bienvenidos sean", aseguró el coordinador andaluz de IU, Diego Valderas.
Y aunque en el PP nacional las reacciones han sido bastante dispares desde la comprensión hasta la comparación con el 14-M, la sensación general en el PP andaluz es de nula preocupación, según fuentes del partido. Primero, dicen, porque no están escuchando propuestas concretas a las que Rajoy, por cierto, tampoco es aficionado. Y segundo, porque consideran que esta no es su guerra. El PP sabe que su electorado irá a votar el domingo llueva o truene.
Algunos de sus dirigentes incluso se han atrevido a dar un toque de atención a los jóvenes, como la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez: "Entiendo su desesperación, pero que no digan que todos somos iguales porque estén obligados sentimentalmente a apoyar políticas de izquierdas y les hayan defraudado".
La alcaldesa apuntó a la teoría conspiratoria de que detrás hay gato encerrado, pero fue más sutil que su compañero, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado: "[Esperanza Aguirre] ha dicho que qué casualidad que se manifiesten frente a ella y yo digo que qué casualidad que en Granada se hayan ido a la puerta del Ayuntamiento, cuando el responsable está en la Subdelegación del Gobierno (...) Las cosas no suelen ser casuales", remachó. La culpa, le faltó decir, es del ministro Alfredo Pérez Rubalcaba.
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