Este artículo se publicó hace 16 años.
La preocupación por el alza del precio de los alimentos marca la económia
Si durante meses el precio del petróleo ha sembrado la inquietud en los mercados internacionales con su cadena de récord, esta semana el quebradero de cabeza ha sido el de los alimentos, cuyas reservas han bajado hasta niveles preocupantes.
La directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, advirtió de que las reservas de alimentos en el mundo están en el nivel más bajo de los últimos 30 años y consideró este hecho como un "tsunami silencioso" que amenaza a 100 millones de personas.
Desde el Banco Mundial se abogó por coordinar esfuerzos para hacer frente a la crisis alimentaria a corto, medio y largo plazo, y el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, abogó por dotar a los agricultores pobres de los medios necesarios para que la situación precaria no se agrave el próximo año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido a los países que se retiren los controles de exportación de alimentos, para evitar trastornos en los mercados mundiales, y, aunque sin citar a nadie, China, Vietnam y Argentina tienen, entre otras naciones, este tipo de restricciones.
Esta escalada de precios ha hecho que Estados Unidos, el mayor consumidor mundial, sufra la peor inflación alimentaria en casi dos décadas, lo que ha llevado a algunas grandes cadenas distribuidoras, como Wal-Mart y Costco, a racionar la venta de productos como el arroz, algo inédito en el país.
El Departamento de Agricultura estadounidense confía en que las nuevas cosechas mundiales reduzcan la volatilidad y la inseguridad alimentaria que afrontan millones de personas, que han provocado protestas violentas en países como Egipto o Haití.
La prestigiosa revista médica británica "The Lancet" apuntó a los efectos del cambio climático, los subsidios agrarios y, sobre todo, el cultivo masivo de productos alimentarios para uso como combustibles (maíz), como los principales factores que influyen en la crisis.
Y mientras, el petróleo sigue cosechando récords en los mercados.
El barril de crudo de la OPEP encadenó ocho máximos históricos consecutivos y tocó los 111,14 dólares; el Brent, de referencia en Europa, cotizó en Londres a 116,87 dólares, y el Texas, el de referencia en EEUU, tocó techo en Nueva York a 119,90 dólares, aunque el aumento de las reservas petrolíferas estadounidenses rebajó los precios de esos topes al cierre de la semana.
Las medidas para rebajar los precios pasan por reducir el consumo, y así las autoridades federales estadounidenses propusieron que los vehículos fabricados en el país a partir de 2015 tengan un consumo medio de combustible de 6,5 litros/100 kilómetros, un 25% menos que en la actualidad.
Pero el Foro Internacional de la Energía, celebrado en Roma, recalcó que no hay garantías de que se pueda detener la escalada del crudo ante una demanda creciente de energía, lo que requiere ingentes sumas de capital y además amenaza con contaminar el medio ambiente y provocar escasez de alimentos.
El euro, mientras tanto, rebasó en el mercado de Fráncfort la barrera de 1,60 dólares, aunque moderó esa cotización al final de la semana.
En Argentina, el ministro de Economía, Martín Lousteau, dimitió y fue sustituido por Carlos Fernández, tras rechazar la presidenta Cristina Fernández su propuesta para frenar la inflación, que incluía medidas para "enfriar" la economía.
El mundo empresarial estuvo marcado por la situación de la aerolínea Alitalia, que obligó al Gobierno italiano a conceder un crédito de 300 millones de euros para salvarla de la quiebra, y una avalancha de resultados empresariales, entre los que destaca la pérdida neta de 1.301 millones de euros de Credit Suisse, el segundo banco helvético, afectado por la crisis de las hipotecas de riesgo.
El presidente del grupo surcoreano Samsung, Lee Kun-hee, anunció su dimisión después de haber sido procesado por evasión de impuestos.
La firma japonesa Toyota desplazó en el primer trimestre del año a la estadounidense General Motors como mayor fabricante de vehículos del mundo, con 2,41 millones de unidades vendidas.
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