Este artículo se publicó hace 13 años.
La Policía compara el entramado de Unió Mallorquina en el Ibatur con el crimen organizado
Un informe de delincuencia económica de la policía compara el "entramado delictivo" urdido durante la pasada legislatura por Unió Mallorquina (UM) en el Instituto Balear de Turismo (Ibatur) con el "crimen organizado", al tener un móvil "puramente económico" cuyos beneficios se repartían en cada escalón.
Así consta en un extenso informe de la Policía Nacional incluido en el sumario del caso Ibatur a raíz de las últimas investigaciones hechas en la causa, que desembocaron el pasado junio en una operación anticorrupción con la detención de varias personas, entre ellas el exconseller de Turismo y expresidente de UM Miquel Nadal.
El informe destaca la "sensación de impunidad en sus actos y la total dejación de velar por el interés general" por parte de los cargos políticos de Ibatur, organismo público que dependía del departamento de Nadal.
Nadal era precisamente, según el informe, el "cabeza visible" de este entramado que la policía compara con el "crimen organizado", ya que su móvil era "puramente económico" y beneficiaba "no sólo al que ejerce el mayor cargo en la organización", sino a "cada escalón" de la misma.
Este entramado se desarrolló "durante años" (en este caso se investigan hechos ocurridos en la pasada legislatura del PSOE, cuando UM controlaba Turismo) y "de manera organizada, coordinada y reiterada".
El informe de delincuencia económica define la razón de ser del entramado con cuatro calificativos, "gravedad, asociación, estructura y personalización", y añade que montaba "estructuras empresariales utilizando para ello testaferros que dificultan la actividad investigadora".
Para mostrar esto último, cita el caso de la productora Vídeo U, adquirida mediante testaferros por Miquel Nadal y por la también expresidenta de UM María Antònia Munar, una empresa a la que se adjudicaron numerosos contratos públicos, entre ellos uno que se investiga en esta pieza por casi 70.000 euros.
Esta práctica tenía el objetivo, añade el informe, de "enmascarar las actividades ilícitas y obtener de este modo beneficios económicos, poder o influencia de actos relacionados con la corrupción".
En el "grupo organizado" había un "reparto claro de tareas" y existía "una jerarquía y disciplina interna" que lideraba Miquel Nadal, el cual se aprovechaba de la ausencia de controles administrativos y financieros sobre su gestión y también del "temor" de los técnicos de Ibatur, a quienes los miembros de la organización "imponían la realización de acciones irregulares contra su voluntad".
Entre las funciones de Nadal estaba el "establecer las líneas maestras", decidiendo las cantidades por las que se tenían que adjudicar los contratos irregulares, así como las empresas adjudicatarias.
En el escalón inmediatamente inferior estaba el ex director general de Promoción Turística Joan Sastre, también de UM, quien transmitía las órdenes de Nadal a la gerente o los técnicos de Ibatur.
El informe concluye que "la gravedad de los delitos detectados (posiblemente el más grave que puede cometer un funcionario público en el ejercicio de sus funciones) socava gravemente el sistema democrático" y añade que en este caso el móvil corrupto queda plasmado, por ejemplo, en la relación de Nadal con Vídeo U, productora que recibió un contrato "innecesario" por casi 70.000 euros de Ibatur.
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