El papa Benedicto XVI pidió hoy "a todas las partes", autoridades serbias y kosovares, que actúen con "prudencia y moderación" y busquen soluciones "que favorezcan el respeto mutuo y la reconciliación", tras la declaración de independencia unilateral de Kosovo.

Benedicto XVI realizó estas afirmaciones durante la ceremonia de presentación de credenciales del nuevo embajador de serbia ante la Santa Sede, Vladeta Jankovic.

La Santa Sede da un gran valor a sus vínculos diplomáticos con Serbia y espera "dar ánimos para seguir los esfuerzo en la construcción de un futuro de paz, prosperidad, reconciliación y coexistencia pacífica en toda la región", dijo.

El Papa destacó que mientras se trabaja por un "futuro más seguro", también es "vital" recordar que la identidad y la rica tradición cultural" de Serbia, como la de todas las naciones europeas, "está profundamente arraigada a la herencia de la fe cristiana y al Evangelio del amor".

Benedicto XVI indicó: "si elegimos vivir con los valores de nuestras raíces Cristianas, descubrimos el valor para perdonar y para aceptar el perdón, para reconciliarse con nuestros vecinos y construir juntos una civilización de amor, en la que todos son aceptados y respetados".

El Papa dijo que sabía cuánto ha sufrido el pueblo serbio durante los recientes conflictos y expresó su "sincera preocupación por ellos y por las otras naciones balcánicas afectadas por los tristes eventos de la últimas década".

Benedicto XVI hizo referencia a la situación geográfica de Serbia, en la frontera entre el oriente y el occidente cristiano, que le da "una oportunidad única para promover el diálogo ecuménico".

Además, agregó que el país por "su familiaridad" con el Islám y la presencia de muchos musulmanes hoy en la región, "abre ricas posibilidades para progresar en el diálogo interreligioso".