Este artículo se publicó hace 14 años.
Obama exigirá a BP que pague por el derrame de petróleo
El presidente Barack Obama, que trata de contrarrestar una imagen de ausencia de liderazgo con respecto al vertido de crudo en el Golfo de México, exigirá el miércoles que BP pague miles de millones de dólares para compensar los daños causados.
Un día después de que jurara combatir el derrame con "todo lo que tengamos", Obama tiene previsto reunirse en la Casa Blanca con los ejecutivos de la compañía energética por primera vez desde el comienzo de la crisis hace casi dos meses.
El peor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos amenaza con distraer a Obama de su agenda de asuntos domésticos de bajar el desempleo y reformar Wall Street.
Enfrentado quizás al mayor reto de su presidencia, Obama acusó a BP de "imprudencia" en un discurso televisado el martes en el solemne entorno del Despacho Oval.
También abogó por una amplia legislación para romper la adicción estadounidense al combustible fósil.
No ofreció ningún dato específico sobre su estrategia para reavivar la legislación ecológica, una lucha que puede ser dañina en un año de elecciones en la que el partido Demócrata está encontrando grandes dificultades para mantener su control del Congreso de Estados Unidos.
Obama quiere que BP establezca un fondo para poder cubrir los millones de dólares que se necesitarán para subsanar los daños y compensar a personas y a negocios perjudicados.
La reunión con los ejecutivos de BP, junto con el discurso del Despacho Oval y un viaje de dos días al Golfo esta semana tienen la intención de mostrar un interés activo respecto al vertido.
Las encuestas demuestran que la mayoría de americanos cree que Obama se ha mantenido demasiado al margen de este caso y no ha sido lo suficientemente duro respecto al BP.
BP PIERDE VALOR
La compañía, que podría afrontar miles de millones de dólares en indemnizaciones por daños ocasionados por el desastre, ha perdido casi la mitad de su valor de mercado desde que empezó la crisis.
El presidente ejecutivo de BP, Tony Hayward, el rostro público de la petrolera ante el derrame y un objetivo para las críticas de que la compañía minimizó el desastre, no asistiría a la reunión con Obama.
Pero Hayward posiblemente sea interrogado duramente por legisladores estadounidenses el jueves, cuando se presente por primera vez en el Capitolio.
Ejecutivos de importantes compañías petroleras dijeron en una audiencia del Congreso que BP no cumplió los estándares de la industria en la construcción de su pozo submarino que explotó el 20 de abril, dejando 11 trabajadores muertos y causando el enorme derrame.
La fuga ha contaminado 190 kilómetros de costa estadounidense sobre el golfo, puesto en peligro la industria pesquera y turística local, y provocado la muerte de aves, tortugas marinas y delfines.
Un equipo de científicos estadounidenses revisó al alza su estimación máxima de crudo que sale del pozo en un 50 por ciento, a un rango de 35.000 a 60.000 barriles (de 5,57 millones a 9,54 millones de litros) por día.
Obama pronosticó, sin embargo, que en las próximas semanas los esfuerzos de contención deberían llegar a capturar hasta un 90 por ciento del crudo que libera el pozo.
No está claro qué herramientas legales podría usar el gobierno de Obama para hacer que BP establezca un fondo para daños.
"El presidente tiene la autoridad, bajo la ley existente, para asegurar que las obligaciones legales de la parte responsable sean cumplidas", dijo un responsable de la Casa Blanca.
"Nos satisface el hecho de que, de ser necesario, el presidente podrá usar su autoridad para conseguir los propósitos establecidos por un fondo y el procedimiento independiente de reclamos de pagos", agregó.
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