Este artículo se publicó hace 16 años.
Morales adelanta el diálogo mientras sus bases mantienen el cerco a Santa Cruz
El presidente Evo Morales convocó para hoy, un día antes de lo previsto, el inicio del "diálogo nacional" con sus opositores para superar la crisis que vive Bolivia, mientras sus bases mantienen un cerco sobre la ciudad de Santa Cruz, feudo de los autonomistas.
La llamada a abrir el diálogo para pacificar Bolivia, convulsionada por los conflictos de las últimas semanas, se produce cuando el departamento norteño de Pando llega a su quinto día en estado de sitio y con su prefecto (gobernador), Leopoldo Fernández, confinado tras su detención en un lugar aún no aclarado.
A pesar de que el preacuerdo entre Gobierno y opositores establecía que las conversaciones se iniciarían mañana en Cochabamba (centro), de forma sorpresiva Morales ha decidido llamar a los prefectos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca para hoy mismo.
En sus primeras declaraciones tras el preacuerdo, Morales lo alabó pero vertió algunas críticas contra sus opositores y, sobre todo, contra la Iglesia Católica, una de las instituciones que actuará como "facilitadora" del diálogo.
"Lamento mucho que el cardenal (...) defienda a la gente que defiende los intereses del Imperio y no al pueblo", aseguró Morales en su discurso, en el que también pidió que las iglesias Metodista y Evangélica se incorporen a la mediación.
Morales se refería con este reproche a la presencia del cardenal Julio Terrazas, presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia, en la firma del preacuerdo por parte de los opositores, que se celebró anoche en un local de la capital de Santa Cruz perteneciente a la Iglesia Católica.
El presidente también introdujo cambios sobre la metodología de trabajo fijada en el preacuerdo y propuso negociar a tiempo completo, a puerta cerrada y sin parar hasta que se concreten los pactos definitivos para no prolongar durante un mes o más las conversaciones, como sugiere el texto.
A pesar del adelanto de la convocatoria, la mayoría de los prefectos opositores intentará llegar hoy mismo a Cochabamba, según confirmaron a Efe fuentes de los distintos departamentos, que no obstante advirtieron de los problemas "logísticos" que puedan tener por la premura de la llamada del presidente.
También está previsto que comiencen a llegar a Cochabamba los delegados de los organismos internacionales y entidades que actuarán como testigos del proceso de diálogo: Iglesia Católica, Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Naciones Unidas, Unión Europea y Organización de Estados Americanos (OEA).
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, tiene previsto llegar mañana a Cochabamba, la Unasur también enviará representantes y Brasil ha anunciado que mandará a una comisión de diputados.
Mientras se prepara el diálogo, las bases de Morales siguen movilizadas en el departamento de Santa Cruz para cercar su capital.
Unos 5.000 campesinos bloquean el puente sobre el río Yapacaní, a cien kilómetros al norte de la ciudad de Santa Cruz, y no permiten el paso de vehículos desde 15 kilómetros al norte y otros tantos al sur.
Estos "marchistas", como se definen ellos mismos, piden la devolución de las instituciones estatales tomadas por los autonomistas en Santa Cruz y han añadido hoy una nueva reivindicación: la renuncia inmediata e irrevocable del prefecto regional, el opositor Rubén Costas.
"Aquí no va a haber diálogo", aseguraron a Efe algunos de estos campesinos, al advertir que no pararán hasta derrotar "a los corruptos" aunque lo pida el mismo Evo Morales.
Pero no parece que Morales vaya a desmovilizar a sus bases a pesar del inicio del diálogo.
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