La mediación penal es un sistema novedoso de resolución de litigios que busca reparar el daño que han sufrido las víctimas, implica que el imputado asuma su culpa y evita a los perjudicados atravesar por todos los pasos que conlleva un juicio convencional.
Un 'pacto de caballeros' que ya se aplica en determinados casos penales sencillos en dieciocho provincias españolas.
La fiscal encargada de mediación en Valladolid, Ana Valle, pone como ejemplo el de una empleada de hogar de origen extranjero que hizo uso abusivo del teléfono sin autorización y acabó generando una factura de 2.000 euros.
El caso desembocó en que la trabajadora pidió disculpas, explicó la situación que la condujo a cometer el delito, se comprometió a devolver el dinero y la víctima aceptó.
Otro ejemplo expuesto por fuentes judiciales consiste en el caso de dos jóvenes residentes en un pueblo pequeño que se pelearon, una disputa que terminó con lesiones.
La autora de los daños pidió disculpas a la afectada, la víctima las aceptó, y quien había causado las lesiones abonó una indemnización.
MODERNIZAR Y REDUCIR LA LITIGIOSIDAD
La mediación penal ya figura en España en la Hoja de Ruta de la Modernización de la Justicia elaborada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con el ánimo de reducir la litigiosidad.
Por ahora, está implantada en España en cerca de cuarenta Juzgados correspondientes a Andalucía, Aragón, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Madrid, Navarra, Comunidad Valenciana, País Vasco y Galicia, según los últimos datos disponibles del CGPJ facilitados a Efe, en los que se refleja que el sesenta por ciento de los casos derivados al sistema de mediación se han podido ya iniciar en España.
La mediación, a la que algunos llaman 'pacto de caballeros' porque saca lo mejor de la víctima y del supuesto autor, que pide perdón y quiere resarcir al perjudicado, se encuentra ahora a la espera de la remisión al Congreso de un proyecto de ley, como ha anunciado recientemente el ministro de Justicia, Francisco Caamaño.
La portavoz del Consejo General del Poder Judicial, Gabriela Bravo, recordó en unas recientes declaraciones a Efe el funcionamiento "muy positivo" de ese mecanismo en el ámbito de la Ley del Menor y aseguró que extender esta figura a los ámbitos Civil y Penal contribuirá a conseguir una justicia más ágil.
"La mediación le da protagonismo a las partes y permite alcanzar soluciones de una forma más rápida y más fácil", insiste la portavoz del Poder Judicial, que asegura que esta fórmula no implica "despenalizar ni desjudicializar" porque, "al final, es un juez el que resuelve".
La idea es solucionar el conflicto en su fase inicial, con un equipo mediador "configurado normalmente con la colaboración de Comunidades autónomas, de las Universidades o de otras instituciones", que ponga en contacto a las partes para intentar llegar a una solución "en cuanto a la reparación del daño y en cuanto al reproche (al ofensor)".
El germen de la mediación penal se sitúa en diversas recomendaciones del Consejo de Europa y la directiva del Consejo de la Unión Europea, dirigidas a la necesidad de reparar el daño causado a la víctima de forma adecuada y en que el delincuente asuma la responsabilidad que tiene en el delito, explica a Efe la magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid, Ana María Carrascosa.
La mediación, que no se encuentra establecida en el Derecho español como concepto pero sí figura la reparación del daño como atenuante en el Código Penal, comenzó a caminar auspiciada por el CGPJ, que ha hecho posible su puesta en marcha en España, precisa.
"Forma parte de la cultura de la paz" porque, según diversos estudios, se define como una justicia restaurativa, permite regresar a la situación previa al delito, ha resumido la magistrada.
REPARAR EL DAÑO A LA VÍCTIMA
El procedimiento incluye la firma de un acta de reparación del daño en la que el autor se reconoce como tal, pide perdón a la víctima y ella se lo concede, ha explicado a Efe Feliciano Trebolle, presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid.
Se consigue así el fin demandado ya que la víctima se siente más protegida, reparada, y el autor de los hechos ve reducida su pena, lo que en definitiva representa "una real materia de justicia: ambas partes se ponen de acuerdo y se llega a la solución", ha concretado.
Esta opción contribuye además a que jueces y magistrados solucionen el desbordamiento de trabajo con el que se encuentran, ha concretado Trebolle, quien ha anunciado el inicio de contactos con mediadores civiles, el CGPJ y los letrados que hacen seguimiento en materia de mediación para albergar este método en la vía civil, de manera que Valladolid sería pionera en su aplicación en España.
IMPUTADO: RECTIFICAR EL ERROR
Pero partiendo de lo ya implantado en el ámbito penal, con diez casos con éxito de los doce planteados en Valladolid, donde se cumple medio año desde su puesta en marcha, una de las personas que mejor puede dar fe de sus resultados es un hombre imputado que ya ha sido sometido a este sistema.
"Es muy importante que quien haya podido cometer errores en su vida los pueda rectificar", ha asegurado a Efe el sentenciado, quien ha preferido no hacer público su nombre ni contar en qué consistió su caso concreto.
"Ha sido una experiencia muy positiva porque me han dado la oportunidad de expresarme como yo soy, no como el día de los hechos, que no era yo, era otra persona por motivos de alcohol y pastillas", ha relatado.
Para el imputado, que ya ha resuelto su caso merced a la mediación penal, ha supuesto en definitiva "un respiro muy grande porque no sabía qué iba a pasar con mi vida hasta que apareció esta forma de hacer las cosas".
LA FIGURA DEL MEDIADOR
Intervienen en el proceso un juez, fiscal, secretario judicial, mediador y abogado, además de los protagonistas, víctima y acusado.
El mediador se ocupa de ofrecer a la víctima un espacio seguro, tranquilo, en el que puede decir lo que necesita y cómo se encuentra, y atiende también al presunto culpable, al que brinda la posibilidad de explicar los motivos que le llevaron a cometer el delito y a asumir su responsabilidad, explica la abogada Patricia Guilarte, presidenta de la asociación castellanoleonesa de mediadores penales.
La función del fiscal sitúa a la víctima en el centro de su atención, "siempre pensando en su protección" sin olvidar tampoco al imputado, como matiza la fiscal Ana Valle.
Y finalmente, como en cualquier proceso, hay un juez que decide.
La mediación penal se abrió en el caso de adultos en Cataluña; se extendió a otros puntos de España con un protocolo en el Juzgado de lo Penal número 20 de Madrid y con un grupo de trabajo compuesto por juristas y mediadores de Navarra, y está previsto que avance en un futuro cercano, el próximo en la provincia de Palencia.
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