"Esta es una lucha que trasciende las fronteras de la mina"

"Yo aquí os traigo mi corazón. Y no vengo a apoyaros, vengo a daros las gracias porque sois vosotros los que me apoyáis. Nos han robado todo, todo menos la palabra, y mientras la tengamos la usaremos para protestar". Estas fueron algunas de las palabras que dirigió la veterana actriz Pilar Bardem a los mineros de la marcha del carbón en el acto, que tuvo lugar la noche de ayer en el barrio madrileño de Aravaca, donde numerosos actores, intelectuales, artistas y activistas rindieron homenaje a estos trabajadores que han conseguido despertar viejas esperanzas que muchos parecían haber perdido.

Después de un día de caminata y un descanso los mineros cenaron en la plaza de la urbanización Rosa Luxemburgo, organizada por la asociación de vecinos de ACROLA y el colectivo juvenil 1984, en quienes los sindicatos depositaron su confianza para gestionar la estancia de los mineros y el acto nocturno. En el escenario al aire libre situado en esta esta urbanización, que fue construida por cooperativas de los sindicatos hace décadas, desfilaron, entre otros, Luis Eduardo Aute, Inma Chacón, Víctor Manuel y Jaime Pastor. La plaza estaba abarrotada de gente, llena de vecinos con sus familias y cientos de jóvenes que nunca habían imaginado su barrio plagado de mineros.

"La lucha minera tiene que iluminar a todo el país" "La mina para los mineros. La austeridad para los banqueros", se podía leer en la pancarta en el fondo en el escenario y que habían pintado los jóvenes del barrio. Y Uno de los primeros en subir fue el profesor y politólogo Jaime Pastor, quien remarcó la solidaridad que los mineros están levantando entre estudiantes y profesores de la universidad pública, pues "su lucha es nuestra lucha. Destruyen las comarcas al igual que destruyen nuestra educación", dijo ante un público enfervorecido. "La lucha minera tiene que iluminar a todo el país. Hay que recuperar el eslogan de 1934: 'uníos hermanos proletarios', uníos porque este neoliberalismos salvaje viene a por nosotros".

"La mina para los mineros. La austeridad para los banqueros" "Es un orgullo teneros en nuestro barrio" espetó Ignacio Martín en nombre del colectivo juvenil que se había volcado en la preparación del acto quien remarcó también compromiso de muchos más allá de las cuencas, "si ellos quieren ir a por todo, nosotros vamos a ir a por todos los derechos y vamos llevar la lucha a todas partes". Los mineros, que campaban por la urbanización con los vecinos, se sintieron muy orgullosos por este apoyo que no esperaban encontrar en la capital. Y la gente de fondo coreaba: "Estos son héroes, y no los de la Eurocopa".

Sonó Al alba de Luis Eduardo Aute y la emoción se respiraba por todas partes. Con lágrimas en los ojos después de escuchar esta canción que rememora los tiempos pasados estaban Lisardo y su mujer Almudena, que sostenía un bebé entre los brazos. "Este apoyo es el que nos da ánimo para seguir, no tenemos más que palabras de agradecimiento", cuenta ella, que ha participado en la marcha en el grupo de apoyo que organizaba la logística mientras Lisardo caminaba con sus compañeros de trabajo. Tras mes y medio de huelga sin cobrar, con enfrentamientos con la policía prácticamente a diario y con una angustia constante, incluso a los más convencidos como ellos se les hace duro y les gustaría regresar al norte, a su casa con su hijo.

"El conflicto fundamental sigue siendo el mismo" "Ahora sólo esperar que el Gobierno reflexione y que entienda que esta no es sólo una lucha de la minería, es la lucha de toda sociedad civil que nos está apoyando. Es una movilización que trasciende las fronteras de la mina", continúa explicando Lisardo mientras no puede evitar que se le caigan las lágrimas y explica que es por el recuerdo de compañeros que murieron en la mina, trabajando. "Y que luego nos llamen terroristas. Algo falla cuando a los trabajadores se les castiga con policía y a los banqueros se les da una amnistía. Esto es el capitalismo", piensa este minero cuyo bisabuelo participó en la "huelgona" de 1917, su abuelo en la revolución de Asturias de 1934, su padre en las huelgas de 1962 contra la dictadura, "y ahora me toca a mí", porque "en el fondo, aunque muchas cosas han cambiando, el conflicto fundamental sigue siendo el mismo". De fondo, suena Santa Bárbara bendita, el himno de los mineros, y Lisardo y Almudena levantan el puño.