Lecciones para sacar a la izquierda del hoyo

Irene Lozano (Madrid, 1971), como Daniel Bensaid, cree que la izquierda sigue padeciendo la derrota de los años ochenta. Pero ella añade que la izquierda oficial ha pasado a creer y entregarse a los brazos de los ricos. No es algo nuevo, pero para la autora de Lecciones para el inconformista aturdido en tres horas y cuarto, la izquierda se ha quedado sin ideas en la crisis actual. "No son las ideas tradicionales de la izquierda las que han quedado inservibles, es su adecuación al paisanaje de hoy lo que merece un reciclaje", escribe en el ensayo publicado por Debate.

De una manera muy afortunada, la autora denuncia que "la izquierda oficial se ha decantado en estos últimos 20 años por la libertad y se ha olvidado de las desigualdades". Para la autora, este es uno de los motivos fundamentales por los que la izquierda se ha aturdido. "La derecha neoliberal finge que la desigualdad en la renta no provoca una merma de la libertad para quienes tienen peor renta, porque no tiene la misma libertad el rico que el pobre". Añade que la pobreza es una consecuencia de la desigualdad, que para resolver lo primero, hay que empezar por lo segundo.

Lozano dice que ha querido hacer "un libro de autocrítica salvaje, que recupere las ideas de la rebelión". La primera parte del libro es una férrea crítica al "comunismo fetiche", a las "viejas glorias", para ir apuntando poco a poco la necesidad de "crear nuevas ideas para la izquierda".

El libro también es un análisis del ensayista y una crítica contra los pensadores que no están cerca de los problemas de la calle. Ella es columnista y de ahí el tono próximo y cómplice del libro, que efectivamente cumple en tres horas y cuarto. Ese tiempo le basta para sacudir a "la izquierda aturdida", que no es otra cosa que "la izquierda de los partidos socialdemócratas, por estar sin identidad y sin propuestas y proponer muchas de las ideas que plantea la derecha", según la autora.

No está todo perdido: "La izquierda oficial insiste en hacernos creer que no hay otro mundo posible" apunta optimista "pero los movimientos álter por lo menos señalan que otro mundo es posible".