Este artículo se publicó hace 17 años.
Por justicia y por dignidad, queremos los papeles ¡ya!
La comisión de la dignidad organizó ayer un evento en el Palau Sant Jordi para reivindicar la devolución de los llamados Papeles de Salamanca
Entre Catalunya y Salamanca hay 800 kilómetros y unos papeles. O al menos, así se vivió ayer en al acto organizado por la Comisión de la Dignidad en el Palau Sant Jordi. Unas diez mil personas reunidas. Cámaras, focos y pantallas. Y un grito. "La nación catalana dice ¡basta! Queremos los papeles.
"Estás muy guapa", dice un señor desde las gradas. "¿Qué?". La señora, que está en la pista, no le oye. El recinto está lleno. Ella tiene unos cincuenta y tantos y lleva una bufanda con una estelada. "Que te queda muy bien el peinado nuevo". Y fin de la conversación. La velada está a punto de empezar. Hay banderas por todas partes y la estelada es la protagonista. Aplausos, la multitud se pone en pie. Ha llegado el republicano, Josep Lluis Carod Rovira.
Pero no es el único personaje conocido. Miembros de todos los partidos políticos -excepto el PP- , artistas, cantantes, intelectuales, ... Una parte importante del star system catalana acudió ayer para apoyar a la Comisión de la Dignidad, la cual lucha por el retorno de los papeles de Salamanca, documentos incautados a entidades y particulares catalanes durante la Guerra Civil.
Los miembros de la Comisión están especialmente molestos desde que el ministro de cultura, César Antonio Molina, dijo de aplazar el retorno de los documentos a Catalunya .
Algunos ya han sido retornados en cumplimiento de una ley tramitada durante esta legislatura. Los que faltan son sobre todo los de particulares.
¡Basta ya!
"Este acto tendrá consecuencias positivas porque es una demostración de civismo y una expresión de un pueblo cargado de razón", afirmaba el socialista Ernest Maragall, conseller de Educación.
La semana pasada no fue fácil para los socialistas catalanes. En el Pleno del Congreso ERC, ICV y CIU -junto a PNV y BNG- pidieron el retorno inmediato de los papeles. Los socialistas, para no romper la disciplina de voto de su grupo parlamentario, tuvieron que oponerse a la propuesta. Y ayer los presentes se lo recordaron con silbidos.
Pero si había un grito que sonaba unánime. "Por dignidad y por respeto, devuélvanos los papeles". Y otro, como el que pronunció el cantante Pep Sala o el actor Toni Albà, "Viva Catalunya Lliure!". "Viva". Todo el recinto.
El tono era de enfado. "Los papeles son nuestros porque sirvieron para espiar y torturar a muchas personas", afirmó el filósofo Josep Maria Terricabras. "Hoy es un acto de homenaje y de reconocimiento a las víctimas del franquismo", dijo una de las hermanas de Salvador Puig Antich. Y el nieto de president Lluis Companys, "no es la ley de la Memoria Histórica si no la de pasemos hoja y aquí no ha pasado nada".
Un malestar fraguado por muchos años recorrió todo el Palau. Hubo tiempo para la fiesta y los agravios. Y el "somos una nación" sonó alto y claro.
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