Este artículo se publicó hace 14 años.
Justicia apoya a una alumna vetada en clase por el hiyab
La menor, española y musulmana de 16 años, fue apartada del aula durante 18 días porque incumplía la normativa del centro. La Comunidad de Madrid respalda la prohibición del colegio
"Llevo el pañuelo en la cabeza porque es una sumisión a mi Dios; al que respeto bastante, porque me gusta, y porque me gusta mucho mi religión". Najwa Malha, española y musulmana de 16 años de edad, no titubea cuando habla de sus convicciones. Lleva desde hace dos meses el hiyab (pañuelo islámico) por decisión propia, aunque por ello se haya sentido "apartada y discriminada" en clase.
Najwa volvió a ponerse este viernes el pañuelo, por la mañana de color negro y por la tarde de color morado y plateado. Pero su decisión ha hecho que durante casi tres semanas, la dirección del instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón (Madrid) donde estudia Cuarto de ESO le impidiera asistir a clase. El motivo: incumplir el reglamento interno que impide a los alumnos "el uso de gorras ni de ninguna otra prenda que cubra la cabeza" dentro del centro.
"Llevo el pañuelo porque me gusta, por sumisión a mi Dios", dice la menor
La niña, después de recibir varios apercibimientos por parte de varios de sus profesores, fue apartada de su clase y estuvo aislada del resto de sus compañeros durante 18 días, durante los cuales permaneció en la sala de visitas del colegio. Allí, cuenta, pasaba seis horas al día sin hacer nada. Aburriéndose y perdiendo clase.
Tras las protestas de su padre y de asociaciones musulmanas y marroquíes como la Unión de Comunidades Islámicas de España, el Ministerio de Justicia, apoyó la actitud de la adolescente. A través de la Subdirección de Coordinación y Promoción de la Libertad Religiosa, Justicia aseguró que la libertad religiosa está amparada en la Constitución Española y que "obviamente, que una niña lleve un velo en una escuela pública no ofende los derechos fundamentales de los demás, ni tampoco el orden público".
"No hay ninguna ley que prohíba a las alumnas portar el hiyab en la clase. El derecho a ser escolarizado en condiciones dignas prima sobre cualquier tipo de consideraciones como el derecho del centro", concluye Justicia.
El centro educativo tiene autonomía para imponer sus propias normas
De nuevo a claseEste viernes, Najwa, después de las tres primeras horas lectivas, pudo asistir a clase con el permiso de la Jefa de Estudios, según explicó la afectada. Pero la familia aún no tiene la confirmación de que el gesto vaya a ser definitivo. El instituto emitió un comunicado en el que vuelve a remitirse al reglamento interno, y asegura que ha consultado con "instancias superiores" y que está a la espera de "una respuesta escrita".
Pero la opinión del Ministerio de Justicia choca con la autonomía que tiene el instituto de Najwa para hacer cumplir sus normas. La normativa del Gobierno regional de Madrid obliga a los centros educativos a tener un reglamento que tiene que cumplirse de manera obligatoria. Esta norma tiene que ser aprobada por los consejos escolares, que son autónomos. El del instituto de Najwa se reunirá el próximo martes para estudiar "las propuestas de modificación" que ha recibido del polémico artículo por parte de la familia de la afectada. Este diario intentó, sin éxito, recabar una versión de la Consejería de Educación de Madrid. La consejera, Lucía Figar, afirmó a Elmundo.es que la postura del Ejecutivo regional es que "no se debe" llevar el velo dentro del aula. La actitud de la Consejería fue duramente criticada por la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España (Atime), que hizo responsable a Figar de la situación.
En medio de la polémica, la chica, a la que de mayor le gustaría ser "profesora de mates", se reafirmó en su postura. Najwa aseveró que seguirá llevando el hiyab "pase lo que pase" y que sus padres le dijeron, en un principio, que no lo vistiera porque podría traerle complicaciones. "Yo le dije que se lo pusiera más tarde, en la universidad, para que el instituto no tuviese problemas", afirmó el padre de Najwa, Mohamed Malha.
Malha, marroquí nacionalizado español y presidente del Centro Cultural Islámico de Pozuelo, ha decidido apoyar a su hija. Este hombre aseguró que el instituto se negó a colgar una fotografía del equipo de hockey del que forma parte la adolescente, porque ésta salía con el hiyab. "Mi hija no ha cometido ningún delito, esto es una injusticia", concluyó.
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