Este artículo se publicó hace 15 años.
"¿Hitler habría llegado al poder sin la crisis del 29?"
El historiador Luis Suárez insta a los políticos a ponerse de acuerdo porque las dificultades económicas "traen consecuencias muy duras"
Como historiador, Luis Suárez sabe que las crisis económicas siempre han sido "fenómenos de enorme importancia y de consecuencias muy duras", y por eso cree que los políticos españoles deberían ponerse ahora de acuerdo y "hacer un esfuerzo máximo" para solucionar los problemas del país.
"Las crisis económicas son muy peligrosas y hay que saber tratarlas. ¿Sin la de 1929 Hitler hubiera llegado al poder? Creo que no, y esa es mi opinión", afirma en una entrevista Suárez, que estos días publica "Lo que el mundo le debe a España", un ensayo en el que analiza el conjunto de las aportaciones hispanas a lo largo de la Historia.
En este libro, publicado por Ariel y que mañana se presenta en la Real Academia de la Historia (RAH), Suárez (Gijón, Asturias, 1924) considera la Transición como una de las grandes aportaciones recientes de España al mundo, porque se demostró que "es posible salir de un régimen autoritario sin violencia, abriéndose a Europa".
Y aunque en el ensayo pasa de puntillas sobre la Ley de Memoria Histórica, señala durante la entrevista que los políticos actuales "deberían haber continuado el camino de la Transición y guardar silencio" sobre lo sucedido en la Guerra Civil y en la posguerra.
"La memoria de la que habla la ley no es histórica sino política"En su opinión, la memoria de la que habla la Ley "no es histórica sino política", porque establece "buenos y malos" y porque, como dice en su artículo "Conciencia histórica versus memoria histórica", publicado en el boletín de la RAH, "condena al olvido una parte de los sucesos o, todavía más grave, los hunde en el vacío de la descalificación. El nacionalsocialismo ya procedió así y sus resultados son por todos bien conocidos".
En contra de las exhumacionesEl autor de libros como Isabel I, reina, Los judíos, Franco o La Europa de las cinco naciones tampoco está de acuerdo con la exhumación de restos de los asesinados en la Guerra Civil, y asegura que "la apertura de las fosas no tiene ningún sentido. A los muertos hay que dejarlos en paz", apostilla.
En su ensayo, Suárez se centra en las contribuciones de España, sobre todo a Europa, pero deja claro que las de Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia "son tan importantes como las nuestras, aunque los españoles muchas veces hemos procedido con un cierto complejo".
"Realmente no nos damos cuenta de la importancia que tienen las aportaciones de España. No hay más que ver, por ejemplo, un detalle aparentemente insignificante: el sabio europeo Gerberto de Aurillac llega a España y descubre el texto de al-Kwarizmi y le hace a Europa el gran regalo de los 'guarismos', de las cifras y el número cero.
Es el estallido hacia la nueva ciencia moderna", comenta este académico de la Historia.
La fe a través de la razónEl autor se detiene también en la figura de Raimundo Lullio, que "trató de convencer a los europeos, en los inicios mismos del Humanismo, de que la fe puede explicarse por medio de la razón".
Por esta vía España puso en marcha en el siglo XIV una reforma religiosa que aportaba "valores opuestos a los del nominalismo, que desembocaría en Lutero", afirma Suárez.
España hizo, pues, una reforma religiosa "mucho antes de que apareciera el protestantismo", por eso Suárez considera "un error" utilizar el término "contrarreforma", como si en el siglo XVI "no hubiera habido otra cosa sino la defensa a posteriori frente a unas actitudes".
Suárez destaca la "neutralidad de España en las guerras mundiales"Las aportaciones españolas durante el Siglo de Oro "nadie las pone en duda", pero el asunto se torció en la Ilustración, cuando "fracasó el modelo que trataron de aplicar el padre Feijoo, Campomanes y Jovellanos, que no renunciaban en modo alguno a la herencia del pasado, el libre albedrío y la trascendencia".
Suárez destaca además la importancia que tuvo "la neutralidad de España" en las guerras mundiales de 1914 y de 1939, porque se evitó que "ninguno de los dos totalitarismos pudiera asentarse en ella".
"Eso favoreció la Transición, con la que dimos un verdadero ejemplo", subraya.
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