Este artículo se publicó hace 13 años.
Exteriores intenta reagrupar a los españoles en Costa de Marfil para protegerlos
El Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Embajada de España en Abiyán, la capital de Costa de Marfil, está intentando reagrupar a los 150 españoles que continúan en el país africano para garantizar su protección ante los duros enfrentamientos que se viven en las calles.
En declaraciones a los medios de comunicación, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha explicado que el Gobierno busca "proteger la vida de los españoles" en coordinación con el resto de socios europeos y fundamentalmente con Francia, que también intenta concentrar en tres puntos de Abiyán a los cerca de 12.000 compatriotas que viven en su antigua colonia.
Jiménez ha reconocido la dificultad de esta tarea porque en el centro de la capital hay enfrentamientos que complican los movimientos de la población civil y ha subrayado los esfuerzos que está realizando la embajadora española, Cristina Díaz, quien no se ha movido de la ciudad desde que comenzó el conflicto.
La crisis política en Costa de Marfil, que ha degenerado en una guerra civil, comenzó en noviembre, tras negarse el presidente Laurent Gbagbo a abandonar el poder tras perder los comicios frente a Alassane Ouattara, reconocido por la comunidad internacional como el vencedor.
La Embajada, ha añadido Jiménez, está en permanente contacto con todos los españoles, principalmente empresarios y religiosos, con el objetivo de ofrecerles medios para acercarse a los puntos de concentración, entre los que ha citado el aeropuerto.
Exteriores controla la presencia en Costa de Marfil de 150 españoles, aunque la cifra ha variado mucho en las últimas semanas porque algunos de los empresarios que abandonaron el país al registrarse los primeros enfrentamientos regresaron después, al considerar que la situación se había tranquilizado.
Según ha explicado la ministra, en su momento el Gobierno intentó organizar su evacuación, pero eran muy pocos los que querían ser repatriados y, además, hasta hace poco el aeropuerto seguía abierto.
La ministra no ha querido hacer comentarios sobre la posible responsabilidad de las fuerzas del presidente electo, que cuenta con el respaldo internacional, en la matanza de centenares de personas en el oeste de Costa de Marfil.
Tras recordar que debe ser Naciones Unidas quien investigue, ha destacado los esfuerzos realizados desde hace meses por la comunidad internacional y, en especial, por la Unión Africana para intentar buscar una salida diplomática al conflicto, que Gbagbo renunciara al poder y que cediera el gobierno al presidente elegido democráticamente.
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